A pesar de que en el anterior diseño de la residencia original ya se tenía en cuenta diversos parámetros sostenibles como pueden ser la cubierta vegetal, las placas solares fotovoltaicas y un sobreaislamiento térmico, se toma como objetivo conseguir que esta ampliación se certifique con el estándar Passivhaus.
Con esta premisa se pretende aportar un beneficio directo a los usuarios de la residencia, donde la arquitectura es parte fundamental de su calidad de vida.
Esta ampliación aparece como un cuerpo inferior semienterrado del edificio original con una serie de patios de diferentes usos, haciendo que el proyecto transforme el terreno en dos planos vegetales, el superior funde el acceso principal con la cubierta ajardinada del nuevo edificio, mientras que el inferior relaciona los patios del proyecto con el jardín inferior del edificio inicial.
Descripción del proyecto por CSO Arquitectura
El proyecto responde a la necesidad de ampliar una residencia de ancianos realizada por CSO Arquitectura en 2005, ubicada en Camarzana de Tera, Zamora. El nuevo edificio ha conseguido ser el primer edificio hospitalario-geriátrico certificado Passivhaus de España, y uno de los primeros quince del mundo.
El diálogo con la residencia existente fue la primera premisa que se debía cumplir en el proyecto. El edificio funciona a modo de zócalo de la residencia antigua, semienterrado, con una serie de patios asociados a los usos del edificio. Estos patios se abren y dialogan con la residencia inicial, de tal forma que el edificio desaparece fundiéndose con el jardín.
El programa se distribuye en tres bandas programáticas atadas por un pasillo longitudinal, todas ellas orientadas a sur. La primera banda acoge funciones de día y tiene adosado un invernadero en la cristalera norte, que sirve, por un lado, para mejorar las condiciones térmicas y por otro como zona de cultivo de hortalizas para los residentes. Las dos bandas restantes están compuestas por dormitorios, orientados a sur igualmente, disponiendo de una terraza propia con salida al patio común.
El edificio se construye mediante un sistema de entramado de madera prefabricado, se elabora inicialmente en un taller de Barcelona, se traslada, penalizado, en camiones a Zamora y se monta en obra durante una semana. De esta manera se consigue ahorrar costes y tiempo, así como mejorar el comportamiento térmico y disminuir la huella ecológica.
Se concibe el edificio como una máquina energética, un edificio pasivo, donde el consumo es cero, y produce más energía de la que consume, derivando la energía sobrante al edificio antiguo.
Esta demanda tan baja se consigue mediante una serie de estrategias activas y pasivas. Las estrategias activas se corresponden a la utilización de placas solares fotovoltaicas, paneles solares térmicos, una ventilación mecánica mediante recuperadores de calor y por último la climatización mediante aerotermia para suelo radiante-refrescante. Por otro lado las estrategias pasivas constan de una sobreaislamiento en fachada, solera y cubierta ajardinada extensiva, una carpintería de madera con vidrio triple, ventilación natural, captación de agua de lluvia para riego, control solar mediante porches así como un invernadero en la zona del comedor que atempera el aire existente en invierno (aprovechando la cristalera a norte), mientras que en verano permite una ventilación cruzada.
Uno de los objetivos iniciales del proyecto, era la medicalización de la arquitectura para que ayudara en el bienestar diario de los usuarios. Es por ello que se atiende a dos ejes de actuación:
Se conciben pequeños espacios cálidos “hogar”, que difieren de los grandes espacios fríos “hospitales”, comunes en este tipo de edificios. El objetivo es que los residentes se sientan en su propia casa (con la posiibilidad de traerse sus propios muebles), utilizando la madera y la luz a través de grandes cristaleras a sur, introduciendo la naturaleza de los patios al interior mediante transparencias. La instalación de recuperadores de calor junto con los filtros y la hermeticidad del edificio, a la vez que una mejora energética, permite obtener una calidad del aire óptima para este tipo de edificios, evitando alergias respiratorias a los usuarios.