Plaza de las Artes.- Un espacio de música y danza en la remodelación del centro de São Paulo por Brasil Arquitectura
«…una cosa es el lugar físico, otra cosa es el lugar para el proyecto. Y el lugar no es el punto de partida, pero es el punto de llegada. Entender cómo es ese lugar el que está realizando el proyecto».
Álvaro Siza.
Hay proyectos de arquitectura que se imponen soberanos en grandes espacios libres, situaciones apreciables y visibles a la distancia, y hay otros proyectos que se acomodan en situaciones adversas, espacios mínimos, pequeños espacios de terreno entre terrenos extensos, terrenos comprimidos por construcciones preexistentes, en que los parámetros para ser desenvueltos son dictados por las dificultades. El caso de la Plaza de las Artes se encuadra dentro de estos últimos. Y no es una decisión voluntaria o por opción entre esos o aquellos enfoques, por esa o aquella dirección a tomar. Lo que nos lleva a una opción o decisión conceptual y, precisamente, la naturaleza del lugar. Es su comprensión en cuanto al espacio resultante de factores socio-políticos a lo largo de muchos años – o siglos – de formación en la ciudad. Comprender el lugar no sólo como objeto físico, como dice Siza, sino como espacio de tensión, de conflicto de intereses, de subutilización o mismo abandono, todo importa.
Si, por un lado, el proyecto debe responder a la demanda de un programa de diversos nuevos usos ligado a las artes musicales y corporales, debe también responder de manera clara y transformadora a una situación física y espacial preexistente, con una vida intensa y con un vecindario fuertemente presente. Por otra parte, deberá crear nuevos espacios de convivencia a partir de la geografía urbana, la historia local y los valores contemporáneos de la vida pública.
En conclusión, podemos decir en este caso, proyectar es capturar e inventar el lugar a un solo tiempo, una misma acción.
El Conservatorio Dramático Musical de São Paulo ocupa un edificio del siglo XIX – ahora deteriorado y ocioso – incrustado en el corazón de una región degradada del centro de la ciudad. Además del importante marco histórico y arquitectónico, alberga una extraña sala de recitales, no utilizada durante décadas.
El proyecto de Plaza de las Artes restaura y rehabilita ese edificio, y con el aprovechamiento de un lote vacío de la propiedad municipal, vinculado a un complejo de nuevas construcciones y espacios de circulación, estará abrigando las instalaciones necesarias o adecuadas para el funcionamiento de los cuerpos artísticos del Teatro Municipal.
El nuevo conjunto integrará las sedes de Orquestas Sinfónicas Municipal y Experimental de Repertorio, de los Corales Lírico y Paulistano, del Ballet de la Ciudad y del Cuarteto de Cuerdas. También albergará las Escuelas Municipales de la Música y la Danza, el Museo del Teatro, el Centro de Documentación Artística, además de restaurantes, estacionamientos subterráneos y áreas de convivencia.
La implementación desde el equipamiento cultural, además de atender la histórica carencia de espacios para el funcionamiento del Teatro, desempeñará un papel estratégico en la recalificación del área central de la ciudad, una vez que el rico y complejo programa de uso, enfocado en las actividades profesionales y educacionales de la música y la danza, estará fuertemente marcado por funciones de carácter público, convivencia y vida urbana.
A partir del centro del campo y el nuevo edificio se desenvuelve en tres direcciones – Valle de Anhangabaú (Rua Formosa), Avenida São João y Calle Conselheira Crispiniano, como un pulpo que extiende sus tentáculos y ocupa los espacios. Un gran edificio en hormigón aparentemente pigmentado, con un área total de 28.500 m2, será el elemento principal a establecer el nuevo diálogo, tanto como los miembros integrales del conjunto (el edificio del Conservatorio Dramático y Musical, su anexo a los fondos y la fachada del Cine Cairo) como con el barrio. En el futuro, algunos edificios de la esquina de la calle Formosa con av. São João poderán también salir de la escena, dando lugar a los nuevos bloques elevados que liberan las áreas del piso para la libre circulación de los peatones.