El lanzamiento oficial del concurso (que estaba previsto para el 27 de este mes) se realizará el próximo lunes 30 de septiembre coincidiendo con el inicio de la Semana de la Arquitectura de Madrid, que este año se adelanta ligeramente centrándose todos los actos entre el 30 de septiembre y el 7 de octubre.
El concurso se ha planteado en diferentes fases. La primera, un periodo de participación ciudadana durante un mes, contará con una pantalla interactiva en la Puerta del Sol con el apoyo de Samsung (competidor de Apple que tendrá su sede central en la misma plaza), donde todo el mundo podrá lanzar desde su teléfono mensajes sobre qué piensa o cómo quiere que sea la Puerta del Sol.
Esta primera fase coincide con el periodo de consultas que los grupos de arquitectos que se vayan inscribiendo pueden realizar y a quienes se les irá informando de lo que los ciudadanos lanzan con sus Smartphones (aunque dichas sugerencia no son vinculantes). Durante este periodo, que durará todo el mes de octubre, se presenta una exposición sobre la Puerta del Sol donde el 50% del material se aprovecha de otra ya presentada hace más de dos décadas, realizada para el bicentenario de Carlos III, de la que fue su comisario el catedrático Carlos Sambricio.
La exposición contará con un montaje que reproduce a escala 1:10 la Puerta del Sol en la nueva sede del COAM.
La segunda fase será de desarrollo elaborado por los participantes inscritos, la entrega está prevista que se realice en el mes de diciembre.
Humo o concurso.
Nadie duda de la buena intención del COAM de resolver con un concurso el entuerto que pretendía desarrollar el Ayuntamiento de Madrid cuando el curso pasado anunció sus intenciones de reformar este espacio con terrazas y árboles sobre la losa de la estación de metro de Sol. Incluso el jurado propuesto, con un buen plantel que recoge entre otros a dos miembros internacionales (Rafael Moneo y Alejandro Zaera), da cierta solvencia sobre la elección del ganador.
Las dudas surgen recordando lo que ocurrió recientemente en la Capital tras el tremendo fiasco que resultó el, también lanzado a bombo y platillo, concurso de la Gran Vía aprovechando todos los fastos del centenario de su construcción.
A ello se une que el concurso dará tres premios ganadores, y no uno, para que el Ayuntamiento pueda elegir, pues quizá se presume que el Tribunal a pesar de la brillantez de sus miembros no es lo suficientemente diestro y la decisión final la debe tomar el Ayuntamiento con sus técnicos.
El concurso no lleva implícito un proyecto de ejecución, se habla de un proceso de trabajo, y el Ayuntamiento decidirá en última instancia si lo ejecuta, lo modifica, hace un híbrido entre los tres o simplemente no lo realiza.
Si además, durante la presentación se realiza un pequeño patinazo y se dice que en Sol se podían haber hecho mejor las cosas habiendo recuperado el “templete de la plaza de Callao de Antonio Palacios que está en Porriño.”… en fin, tan solo recordar que el templete en realidad estaba en la Red de San Luis, frente al edificio de Telefónica y que las plazas más cercanas a la Puerta del Sol, las de Callao y la Red de San Luis fueron recientemente re-urbanizadas por el Ayuntamiento con lamentables resultados, y en lugar de un enlosado de granito, dejando un espacio vacío para la primera y con dos olivos para la segunda (de los cuales tan solo queda uno intentando sobrevivir en el granito), se podía haber recuperado y re-instalado el templete mencionado.
Deseo que este concurso tenga mejor recorrido que los anteriores de similares características y que su ejecución realmente se realice respetando el abierto fallo del jurado. Pero uno no sabe si con tantas dudas, escamoteos previos y excusas de crisis, el concurso (lanzado con mucha energía) volverá a ser un fuego de artificio o su resultado generará un sitio donde poder tomar un relajante café con leche.