La tragedia se representa en un lugar muy especial y lleno de significado: una cantera abandonada.
El paisaje de la cantera de mármol en desuso, desamparada e inerme es en sí la mejor de las escenografías, por su capacidad fenomenológica, por su localización, por su luz, por su olor…
Nuestra estrategia fue simplemente retirar cualquier elemento discordante que distrajese al espectador de la experiencia.
Tan solo propusimos una puerta. La puerta del palacio.
Las puertas son significantes universales del umbral. A pesar de sus connotaciones culturales –que son una parte fundamental de su naturaleza y riqueza- son elementos reconocibles en todo el mundo que emiten una problemática sensación de familiaridad y domesticidad. Son los puertos de entrada perfectos al reino de la ordinaria grandeza olvidada de los espacios que nos rodean: umbrales materializados que aspiran a reinstaurar una relación armoniosa entre los individuos y la comunidad. Puertas que, por su connotación significante, despiertan un espacio latente; lugares que desarrollan una extraordinaria sensación de satisfacción social. Todo lo anterior, como resultado de las fronteras ambiguas que una puerta “fuera de lugar” establece: la reconquista de la condición de Palacio en Medea.
Texto por.- COR asociados Miguel Rodenas + Jesús Olivares.