Una rehabilitación ejemplar en la que el proyecto responde a un programa que aloja once habitaciones, que complementan las catorce habitaciones ya existentes en el Hotel Atrio Relais Chateaux, refuncionalizando y adaptandose respetuosamente pero también con gran inteligencia a las estructuras existentes.
La intervención en realidad es la creación de una arquitectura contemporánea de madera que viste interiormente las superficies mediante paneles y bóvedas encamonadas de tablilla de madera en la planta baja, y con paneles y artesonados, también de madera, en las dos plantas altas.
El proyecto se complementa con el recrecido de la torre desmochada con el objetivo de mejorar el perfil de la casa palacio, haciendo más legible su estructura original, desde la ciudad y especialmente desde la calle Ancha.
Casa Palacio Paredes Saavedra. Atrio II por Tuñón y Albornoz arquitectos. Fotografía de Luis Asín.
Casa Palacio Paredes Saavedra. Atrio II por Tuñón y Albornoz arquitectos. Fotografía de Luis Asín.
Descripción del proyecto por Tuñón y Albornoz Arquitectos
La reforma de la casa palacio Paredes Saavedra en Cáceres trata de pensar la ciudad desde los presupuestos que la hicieron posible, imaginando cómo ello puede ser llevado a cabo en nuestra época. «Construir sobre lo existente» es uno de los temas fundamentales de la arquitectura y el urbanismo contemporáneo, como disciplinas capaces de dar respuesta y satisfacer las necesidades del ser humano.
La casa palacio Paredes-Saavedra original es una fortaleza urbana de tamaño doméstico, que fue construida en los siglos XV y XVI, dentro del recinto amurallado de la ciudad de Cáceres.
La casa palacio actual, organizada en tres plantas en torno a un pequeño atrio asimétrico interior y con un patio en su parte posterior, es el resultado de la concatenación de espacios construidos en distintas épocas, que conforman una estructura asimétrica de muros de carga estructurales, cuya torre desmochada, en tiempos de los Reyes Católicos, es considerada como un elemento significativo de la arquitectura civil cacereña.
La reforma de esta casa palacio se llevó a cabo para alojar once habitaciones, que complementan las catorce habitaciones ya existentes en el Hotel Atrio Relais Chateaux. Las nuevas habitaciones, como no podía ser de otro modo, se adaptan de forma diversificada a los espacios existentes en la casa palacio, tratando de sacar el máximo partido a los espacios concretos, y a sus condiciones específicas.
Casa Palacio Paredes Saavedra. Atrio II por Tuñón y Albornoz arquitectos. Fotografía de Luis Asín.
La intervención se basa en el respeto a la estructura de la edificación existente, con la incorporación de una arquitectura contemporánea de madera que va cubriendo, como una vestimenta interior, las superficies mediante paneles y bóvedas encamonadas de tablilla de madera en la planta baja, y paneles y artesonados, también de madera, en las dos plantas altas.
Además de las once habitaciones, la reforma define con claridad una sucesión de espacios públicos organizados según una secuencia en diagonal que van de la calle Ancha a la calle San Pedro. Este recorrido que se inicia por el zaguán abovedado, en el que se ha incluido una obra (site-specific) del artista portugués José Pedro Croft, pasa por el atrio asimétrico con una sucesión de bóvedas de ladrillo que se apoyan sobre dos columnas dóricas medievales, y finaliza el patio posterior ajardinado, en el que se ubica una pequeña alberca.
La intervención se complementa con el recrecido de la torre desmochada con el objetivo de mejorar el perfil de la casa palacio, haciendo más legible su estructura original, desde la ciudad y especialmente desde la calle Ancha.
Casa Palacio Paredes Saavedra. Atrio II por Tuñón y Albornoz arquitectos. Fotografía de Luis Asín.
La rehabilitación realizada sobre la casa palacio trata de ser una intervención ejemplar sobre cómo actuar en una edificación histórica desde unos presupuestos conceptuales propios de la arquitectura del presente, incidiendo sobre cuestiones sustanciales como son la preservación de la calidad del entorno urbano de los cascos históricos, así como la capacidad de estímulo que este tipo de intervención sobre un espacio doméstico, y complejo, tiene sobre la vida de las personas.
De este modo, la transformación de casa palacio a hotel transmuta la domesticidad privada, propia de una vivienda unifamiliar, a una domesticidad pública que está vinculada a la experiencia personal del viaje y a la experiencia colectiva del turismo.