La propuesta de LANZA Atelier consta de tres circunferencias que definen el espacio más cercano a la escala humana. Los tres círculos tienen un diámetro de 20, 30 y 40 metros y una altura de 44 cm, favoreciendo el flujo de las personas por el centro de la plaza y los pasos bajo los soportales.
Para su realización los arquitectos utilizaron el ladrillo rojo como material representativo de la arquitectura de social. Los ladrillos fueron apilados sin usar cemento, para hacer más fácil su retirada una vez concluyera el festival. Miles de piezas se encontraron en un instante para después alejarse unas de otras, como ciudadanos.
1973-2021 por LANZA Atelier. Fotografía por Josema Cutillas.
1973-2021 por LANZA Atelier. Fotografía por Josema Cutillas.
Descripción del proyecto por LANZA Atelier
En 1973, un equipo encabezado por Rafael Moneo definió el proyecto que se convertiría en el Ayuntamiento de Logroño. Semanas después, el entonces presidente del gobierno, Luis Carrero Blanco, murió, volando por los aires, en un atentado de ETA. Este suceso recrudeció la grave crisis política de la dictadura fascista. En medio del turbulento ambiente de agitación social, Moneo propone un proyecto que ejemplifica la «idea de edificio ciudadano» y crea una gran plaza pública.
Nuestra intervención en Concéntrico comienza con la decisión de intervenir esta plaza cívica, pero también dura y seca. En medio de su escala monumental, trazamos tres circunferencias que definen espacios más cercanos a la escala humana.
1973-2021 por LANZA Atelier. Fotografía por Josema Cutillas.
Los tres círculos de diámetros 20, 30 y 40 metros exprimen los pasos bajo los soportales propiciando un flujo de personas por el centro de la plaza, normalmente vacía. Los tres tienen 44 cm de alto: la altura de un banco donde poder sentarse.
Además de los encuentros culturales programados, otras actividades insospechadas y sorprendentes, a cargo de los viandantes, tienen lugar en los círculos de día y de noche.
Construimos con ladrillo rojo visto, un material representativo de la arquitectura de interés social. Pero estos ladrillos han sido apilados sin usar cemento. Así, al acabar el festival el 95% del material se pudo desmontar, donar (a través de un anuncio en el periódico) a personas y constructoras, y reutilizarse. Son miles de piezas que se encuentran en un instante y luego se alejan unas de otras, como ciudadanos.