Carlos Hernández se sirve de la acción del escalador dentro del contexto urbano para crear una serie de imágenes en blanco y negro en las que se abstrae de todo contexto visual. Esta visión hace que nuestra atención se centre únicamente en la acción que se desarrolla entre el elemento urbano y el escalador, para dejar paso a una interpretación personal sobre lo que pueden llegar a ser los espacios urbanos para cada uno de nosotros.
"Empecé esta serie de imágenes básicamente porque me gusta la carga estética que se crea al mezclar edificios urbanos o esculturas con personas escalando. La dinámica y potencia de los cuerpos en tensión interactuando con dichos espacios, que no son los habituales para la práctica de la escalada, crea nuevas formas de interpretación donde lo importante no es el edificio ni la persona sino el espacio común que estos crean, un espacio donde ambos se usan y, donde zonas que quizás no son interesantes para definir el edificio si lo son para relacionarlas con el modelo. Aunque mi intención con esta serie era puramente estética, puede hacerse una relectura sobre la forma en que usamos nuestros espacios urbanos y como los adaptamos a nosotros. ¿Es posible reinterpretar los usos para los que originalmente fueron creados? ¿Es posible que sirvan para algo más?"