Descripción del proyecto por alonso + sosa architects
El proyecto recuperó un edificio industrial abandonado de 1960. En su día había funcionado como almacén de Loza. La estructura original, a base de luces relativamente cortas, pilares esbeltos y vigas de canto, conformaba el típico espacio hipóstilo de los almacenes de su época. Las alineaciones de pilares en ambos sentidos y las considerables alturas definen espacios pautados de ritmos cortos, que se convirtieron en la oportunidad, una vez eliminados todos los añadidos (enfoscados incluidos), para tratar de lograr cierta ventaja espacial y arquitectónica en su interior.
Entendiendo esa retícula de pilares como un espacio indeterminado, se trató de intervenir potenciando ese efecto, añadiendo elementos que puntuaran la retícula; que flotaran entre los pilares. De ahí la referencia a la planta esquemática (hecha con máquina de escribir) de Branzi para su Non Stop City.
La retícula era el elemento configurador; había que lograr por tanto la máxima diafanidad y elongación visual; evitando compartimentaciones. Las inevitables divisiones espaciales se plantearon por ello como cortinas traslucidas tensadas para reducir al máximo la interferencia de los elementos de sustentación. Estas contrastan con la dura y texturada estructura existente, aportando al proyecto el tacto amable y flexible. Lo mismo ocurre con los despachos cerrados, resueltos a modo de cubículos, dispersos a lo largo de la planta. Solo los lucernarios cortan la diafanidad de la planta, evitando la interrupción visual, resolviéndose como prismas contiguos de base triangular deslizados entre sí.
El cerramiento es el corte inevitable de la estructura reticular, resuelto con grandes vidrios desfasados.
