El proyecto integra la rehabilitación de tres edificaciones tradicionales que, hasta ese momento, habían sido residencia y estudio de grabación, con la construcción de nueve alojamientos que respetan la vegetación del lugar y refuerzan la historia de lo ya edificado.
Para lograrlo, los autores trabajaron a cuatro niveles:
2. Se definieron formalmente las diferentes edificaciones intentando aunar la evolución caprichosa de la vegetación con el elemento racional de los edificios existentes, conscientes de su origen, su presente y su futuro.
3. Se definieron los apoyos sobre los que soportar las ligeras estructuras de madera de los inmuebles sin dañar las raíces de los árboles entre las que se integran, así como las alturas y los accesos de las edificaciones, buscando la unión entre lo natural y lo artificial para iniciar un diálogo que se apoya en el pasado, se asienta en el presente y se proyecta hacia el futuro.
4. Se concretaron constructivamente las nuevas edificaciones y las rehabilitaciones con una sonora concatenación de celosías de madera con las que se resuelve desde la estructura hasta el mobiliario, en honor de las arpas más famosas del mundo que, durante muchos años, llenaron de armonía este lugar.
Descripción del proyecto por Alfonso Salgado Suárez y Francisco Liñares Túñez
Recibimos el encargo de una intervención hotelera singular en el lugar de Albeida, hermoso principio de la ría de Muros y Noia, consistente en la rehabilitación de tres edificaciones tradicionales que había que completar con nueve alojamientos a resolver a un lado de aquellas, en un espacio ya humanizado con vallas tradicionales y un hórreo, pero que había sido colonizado por gran cantidad de caducifolias.
La potente historia de las edificaciones tradicionales, que habían sido hasta ese día residencia y estudio de grabación de un músico que escribió de las líneas más importantes de la historia contemporánea de la música gallega, así como la premisa de conservar la vegetación y todos y cada uno de los elementos tradicionales construidos para incorporarlos al proyecto, determinaron la forma y la implantación a cuatro niveles de detalle.
A nivel global, se realiza una primera aproximación a la parcela desde su sección, consiguiendo unas primeras manchas, buscando la intimidad de cada edificación sin renunciar a una sorprendente perspectiva, entre las ramas de los árboles, de la desembocadura del Río Tambre, los montes del Barbanza, la villa de Noia y, en resumen, el nacimiento de la ría Muros‐Noia.
En un segundo nivel, se definen formalmente las diferentes edificaciones intentando amasar a la evolución caprichosa de las diferentes especies vegetales con lo racional de las edificaciones tradicionales existentes, conscientes de su origen, su presente y su futuro.
En un tercer nivel, se definen los apoyos sobre los que soportar las ligeras estructuras de madera sin dañar las raíces de los árboles entre las que se integran. Se definen también las alturas de las diferentes edificaciones y los accesos, buscando integrar las diferentes construcciones existentes borrando la línea entre edificaciones, preexistencias, natural y artificial.
En un cuarto nivel se definen constructivamente las nuevas edificaciones y las rehabilitaciones con una sonora concatenación de celosías de madera con las que se resuelve desde la estructura hasta el mobiliario, en honor de las arpas más famosas del mundo que, durante muchos años llenaron de armonía aquel lugar tan hermoso.
Toda la intervención responde a este orden musical a través de un elaborado sistema constructivo en madera que determina acabados y proporciones.
Música, pasado, presente y ya se verá.