Memoria de proyecto
La obra comprende desde el planteamiento de una propuesta funcional adaptada a una usuaria que comienza una vida nueva, hasta la rehabilitación de la estructura, el aislamiento, las instalaciones y la actualización de los sistemas constructivos preexistentes.
La estrategia adoptada libera la planta con el objetivo de conseguir la mayor flexibilidad posible. Para ello, se disponen dos elementos fundamentales: Por una parte, el núcleo central, que integra la escalera, unas estanterías y la despensa. El núcleo se ubica en el centro del espacio principal bajo la mansarda, lo que permite conectar la planta de acceso con el espacio bajo cubierta e introducir la luz natural que entra por la mansarda hasta la zona de estar; Por otra, dos bandas laterales, donde se concentra todo el programa funcional, como la cocina, el baño, el almacenamiento y los electrodomésticos.
A esta organización básica se superponen 2 estrategias que proporcionan flexibilidad al espacio doméstico:
Primero, los paneles móviles, integrados en el núcleo y que deslizan por unas guías. Gracias a los paneles se pueden desplegar diferentes distribuciones, como sacar una habitación extra para un invitado, separar la zona de cocina de la de estar o dejar la planta abierta para celebrar una fiesta. Además, los paneles cuentan con unas partes transparentes que introducen la luz natural que entra a través de la mansarda.
Segundo, las trampillas secretas, integradas en el techo de la planta de acceso, así como en el suelo del altillo, y que alojan el resto de las funciones domésticas. Las trampillas del techo se accionan por unas manivelas situadas en la pared que permiten descolgar, mediante unas poleas, una parte del mobiliario (como la mesa y los bancos de picnic, un columpio, o la hamaca) o algunas funciones y objetos complementarios (como la bola de discoteca, los ventiladores para refrescarse en la hamaca o una estantería extra para la habitación de invitados). Por otro lado, en el suelo del bajo cubierta se ubican una serie de compuertas invisibles que pueden ser abiertas para cambiar la funcionalidad del espacio superior donde se encuentra la zona del dormitorio (de donde salen el tocador, el saloncito de té y el almacenamiento de la zona de baño).
Unas y otras se encuentran integradas en el suelo y el techo y aparecen y desaparecen al antojo del usuario. En conjunto, las trampillas secretas y los paneles correderos complementan la configuración básica, según las necesidades del momento y permiten disponer diferentes combinaciones domésticas.
Texto.- Uriel Fogué + Eva Gil + Carlos Palacios.