Estos "Desplazamientos", que surgen mayoritariamente de condiciones adversas como desigualdades, violencias, deterioro ambiental o riesgo ante desastres naturales, son una manera de reflejar las realidades locales y experiencias de la población mexicana y fomentar entornos equitativos, sostenibles y colectivos.
Descripción del proyecto por Isadora Hastings, Natalia de la Rosa, Mauricio Rocha y Elena Tudela
México participa con el Pabellón “Desplazamientos”, en la 17ª Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, que se llevará a cabo del 22 de mayo al 21 de noviembre de 2021.
La propuesta mexicana que impulsaron la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, replanteó la forma en que México solía participar en este destacado espacio donde el mundo se da cita para hablar de arquitectura, un campo fundamental del patrimonio y la vida de las personas en las ciudades y los países.
Un Comité Técnico plural, diverso y con equidad de género, reflexionó sobre la manera de atender la participación de nuestro país, promoviendo un diálogo polifonico que respondiese a la pregunta del curador general de la Bienalle ¿Cómo viviremos juntos?, en correspondencia a muchas otras grandes interrogantes vinculadas con sociedades migrantes, que viven situaciones de gran complejidad que no se limitan a un producto arquitectónico final, sino a los procesos de diálogo e involucramiento social y cultural que le rodea.
Este Comité conformó un equipo curatorial incluyente, para formular la propuesta colectiva del Pabellón de México, como parte de la transformación del esquema de trabajo del tema pre-establecido por la Bienal de Venecia, para guiar una conversación que construye un mensaje distinto, tanto en su fundamento conceptual, como en la manifestación espacial, artística y constructiva decidió de manera consensuada integrar un comité curatorial, igualmente equitativo y diverso.
Una vez construido un posicionamiento por parte del Comité, se lanzó una convocatoria pública en la que se inscribieron 153 proyectos provenientes de 14 estados de nuestro país, de los cuales, un jurado profesional y diverso, seleccionó 12 propuestas que muestran al mundo la contribución de la arquitectura mexicana contemporánea a existir en medio de la diversidad cultural, lingüística y territorial, con opiniones, críticas, prácticas, historias y perfiles distintos, en respuesta al citado tema propuesto por el curador general de la Bienal. Los protagonistas de esas 12 iniciativas se sumaron al diálogo colegiado del que es fruto el contenido y el enfoque de “Desplazamientos”
En esta edición, el Pabellón con el que México participa, plantea la reflexión en torno a los “desplazamientos”, que surgen mayormente de condiciones adversas como: las desigualdades evidentes, el deterioro ambiental, el riesgo ante desastres y diversas violencias (económicas, sociales, culturales y de género) vinculadas a espacios concretos.
A pesar de las condiciones actuales, y durante la pandemia, el INBAL ponderó la importancia de mantener la presencia de México en la Bienal. Este pabellón plantea la reflexión en torno a los “desplazamientos”, que surgen mayormente de condiciones adversas como las actuales a partir de experiencias creativas, resilientes y esperanzadoras. Estos procesos de traslado suceden a escalas diversas de tiempo y espacio que trascienden fronteras y límites, y en su paso por diferentes geografías y territorios, dibujan pausas, umbrales y cambios de rumbo. Señala las implicaciones del diseño en los “desplazamientos” en distintas escalas de tiempo y espacio, ya sean promovidos, deseados, aprovechados o evitados, para fomentar entornos más equitativos, justos, sostenibles y colectivos.
El objetivo más importante es explorar formas de diseñar y construir espacios de pertenencia, reconciliación, narración, intercambio, recuperación, asimilación, perdón y resistencia derivados de los “desplazamientos”. Concibe a la arquitectura mexicana como una expresión fronteriza de sistemas socio-ambientales, para dar cabida a más diversas y múltiples colectividades expandidas.
Su diseño además refleja las condiciones de escasez que caracterizan nuestras realidades locales y utiliza la experiencia del papel de los “desplazamientos” en nuestra arquitectura y que el visitante del Pabellón de México recorra y descubra desde su visión su propia experiencia sensorial.