A partir de la planta cuarta el volumen del edifico se retranquea para crear un espacio exterior híbrido al que se accede desde distintas salas de reunión en la planta cuarta y una gran terraza en la planta quinta. El edificio cuenta con ventilación cruzada gracias a la creación de un pequeño patio en el antiguo hueco de escalera. La la fachada posterior dispone de un gran hueco de iluminación realizado en pavés.
El edificio se ha proyectado bajo criterios de sostenibilidad, siendo primordiales el ahorro energético y la utilización de materiales de proximidad, priorizando los que se podían encontrar en el entorno del edificio con el objetivo de reducir la huella de CO2. El color verde de la estructura interior del edificiose enfatiza, usándolo en toda la cerrajería del edificio.
El edificio tiene una tasa de reutilización de 62%, permite ahorrar un 48% de agua y casi el 10% de la energía procede de paneles fotovoltaicos instalados en el mismo. Además, se conecta a la red urbana de calor y frío (DHC) y a la red de recogida neumática de residuos.
Coworking LOOM Ferretería por Daniel Modòl. Fotografía por Daniel Modol.
Descripción del proyecto por Daniel Modòl
LOOM Ferretería es la rehabilitación global y cambio de uso del antiguo edificio industrial ocupado por la histórica ferretería Balius, fundada en 1914, donde se podía encontrar a la venta prácticamente todo lo necesario para la construcción.
Es un edificio de cinco plantas, reformado en la década del 1970, con una estructura metálica y de bóveda catalana que le aporta un carácter único, por lo que, en el proyecto, se opta por conservar estos dos detalles del antiguo edificio. El resto de la intervención se ha adaptado a la escala y materialidad del entorno residencial, utilizándose materiales tradicionales como la cerámica, el hierro y la madera.
Se retiró la fachada principal para poner en valor la estructura existente y hacerla visible desde el exterior con un resultado único ya que, en Barcelona, por temas de aislamiento sobre todo, la estructura se suele esconder. La fachada interior adopta una tipología de galería clásica con carpintería de madera natural y vidrio sobre la que se plantea una fachada vegetal con jardineras metálicas industriales, que aportan vitalidad a la composición del edificio y le confieren al edificio un carácter casi doméstico. Sumado a que se trata de una fachada practicable, que los usuarios pueden abrir en cada una de las plantas, distinguen este coworking entre los edificios de oficinas de Barcelona, más uniformes y desconectados del exterior.
Coworking LOOM Ferretería por Daniel Modòl. Fotografía por Daniel Modol.
Coworking LOOM Ferretería por Daniel Modòl. Fotografía por Jordi Bernardó.
En la planta cuarta se crea un retranqueo de la fachada, generando un espacio exterior y se colocan distintas salas de reunión como espacio híbrido con opción de interactuar con el exterior. En el resto de plantas, tanto la luz natural como la ventilación vienen dadas por las aberturas en la fachada principal, la creación de un patio en el antiguo hueco de escalera y la fachada posterior de pavés.
Todos los materiales utilizados son nobles y de proximidad, priorizando aquellos que sea fácil de encontrar en el entorno del edificio con el objetivo de respetar el entorno próximo residencial y domesticar estos nuevos tipos de edificios implantados en el barrio. Se recupera el color verde existente en gran parte de la estructura interior del edificio y se enfatiza, usándolo en toda la estructura y cerrajería del edificio.
El nuevo coworking se ha proyectado bajo criterios de sostenibilidad, siendo primordiales el ahorro energético y el confort del usuario para generar un espacio de trabajo sostenible, que cuenta con la certificación LEED Gold. El edificio tiene una tasa de reutilización de 62%, permite ahorrar un 48% de agua y casi el 10% de la energía procede de paneles fotovoltaicos instalados en el mismo. Además, se conecta a la red urbana de calor y frío (DHC) y a la red de recogida neumática de residuos.