Con esta ceremonia nace un proyecto de EMBT pionero, único en España, para atender a las personas con cáncer. Bajo un mismo techo, podremos encontrar apoyo práctico, emocional y social. El programa complementa el tratamiento médico convencional y es gratuito, un espacio accesible y construido a propósito para que sea cálido y acogedor. En definitiva, un espacio donde poder hacer preguntas y buscar asesoramiento para sentirse apoyado, informado y entendido.
La relación de los centro Maggie con la arquitectura viene de lejos y diferentes arquitectos han ido desarrollando centros por todo el Reino Unido y algunos otros puntos del mundo. Un conjunto de edificios como el de Centro de Maggie - Gartnavel por OMA, el Centro de Maggie en Manchester por Foster and Partners, el Centro Maggie de Frank Gehry en Hong Kong, o en proceso y proyectados como el de Centro Maggie en el Hospital St Bartholomew por Steven Holl Architects.
Los principales actores del proyecto son Fundació Nous Cims, la Fundació Privada Hospital de la Santa Creu y Sant Pau con la colaboración del Hospital de la Santa Creu de Sant Pau y Maggie. Kálida Sant Pau forma parte de la red mundial de centros de Maggie, siendo Maggie la inspiración del proyecto, y el punto de partida para Kálida, que ha adaptado este concepto al entorno local catalán.
Comprensión y apoyo en un espacio único.
Cuando a una persona se le diagnostica un cáncer, se puede sentir como si le hubiera golpeado un puñetazo en el estómago. A menudo hay preguntas difíciles a enfrentar, la incertidumbre de lo que va a sucederen el futuro, las emociones, gneralmente difíciles de enfrentar, la ansiedad, la soledad y sentimientos de fragilidad, inquietud y miedo. Kálida estará allí para ayudarle y apoyarle, un lugar cálido y acogedor. Un refugio frente al estrés del Hospital, ofreciendo un programa de apoyo basado en la evidencia que fortalece el bienestar físico y emocional.
Diseñado por la arquitecta Benedetta Tagliabue, directora de EMBT, Kálida será un espacio cálido y acogedor, llena de luz y espacio con una mezcla de áreas abiertas y áreas más protegidas y privadas. El énfasis está en crear un ambiente hogareño y doméstico, en contraste con el del hospital clínico. La arquitecta, que apoyó a su esposo Enric Miralles en el diagnóstico y tratamiento de un tumor cerebral, está bien posicionada para entender el valor curativo de los edificios bien diseñados.
El diseño es el de un pabellón de jardín, en el cual los límites entre el espacio interior y exterior se difuminan. Kálida estará ubicado entre el Hospital Sant Pau y el modernista edifcio Patrimonio de la Humanidad. El edificio, de 400m² está distribuido en dos plantas con una amplia zona ajardinada. La planta baja será un espacio abierto y flexible, concebido como una secuencia de jardines y patios. La zona de cocina será el corazón del edificio, además habrá una biblioteca y una gran sala de usos múltiples. Desde el Departamento de Oncología del Hospital, habrá una zona pavimentada que conducirá directamente a la entrada principal de Kálida.