La ciudad de Ámsterdam ha desarrollado una gran cultura en torno a las «dos ruedas» para dar respuesta a las casi 900.000 bicicletas que poseen sus 882.000 habitantes. La estación central de ferrocarriles, construida sobre tres islas artificiales, ha sido siempre un punto neurálgico de comunicación.
El estacionamiento inaugurado ayer miércoles, ha sido proyectado por el estudio de arquitectura wUrck, tras ganar un concurso convocado por el Ayuntamiento. La infraestructura se encuentra entre Prins Hendrikkade y Stationsplein, sumergida a más de nueve metros por dejando que fluya el trafico de los barcos turísticos que tienen sus embarcaderos encima del aparcamiento.
El edificio se dispone de una entrada monumental con puertas acristaladas siempre abiertas, para facilitar la iluminación natural en el interior, donde predominan el blanco y la luz. El recibidor dispone de un sistema automatizado que facilita el registro del ciclista con su tarjeta de transporte, o bien por medio de un dispositivo que se integra en la bicicleta.
Estacionamiento de bicicletas Stationsplein por wUrck. Fotografía por Aiste Rakauskaite.
Estacionamiento de bicicletas Stationsplein por wUrck. Fotografía por Aiste Rakauskaite.
Estacionamiento de bicicletas Stationsplein por wUrck. Fotografía por Aiste Rakauskaite.
La bici puede colocarse en el interior a dos alturas, y la orientación en el interior es muy sencilla organizada por un gran pasillo central ligeramente curvado desde el que se ve la salida opuesta al final de la columnata que conecta con el túnel de conexión con los vestíbulos del metro y del ferrocarril.
Aunque los holandeses están acostumbrados a lidiar con el agua la realización del edificio no estuvo exenta de complejidad y exigió drenar parte de la zona durante la construcción, protegiendo la zona con un tablestacado metálico que permitió levantar la estructura de forjados y pilares de hormigón, para después volver a cubrirla con el agua del río IJ del que también se alimentan el resto de canales de la ciudad.
El estacionamiento inaugurado ayer miércoles, ha sido proyectado por el estudio de arquitectura wUrck, tras ganar un concurso convocado por el Ayuntamiento. La infraestructura se encuentra entre Prins Hendrikkade y Stationsplein, sumergida a más de nueve metros por dejando que fluya el trafico de los barcos turísticos que tienen sus embarcaderos encima del aparcamiento.
El edificio se dispone de una entrada monumental con puertas acristaladas siempre abiertas, para facilitar la iluminación natural en el interior, donde predominan el blanco y la luz. El recibidor dispone de un sistema automatizado que facilita el registro del ciclista con su tarjeta de transporte, o bien por medio de un dispositivo que se integra en la bicicleta.
Estacionamiento de bicicletas Stationsplein por wUrck. Fotografía por Aiste Rakauskaite.
Estacionamiento de bicicletas Stationsplein por wUrck. Fotografía por Aiste Rakauskaite.
Estacionamiento de bicicletas Stationsplein por wUrck. Fotografía por Aiste Rakauskaite.
La bici puede colocarse en el interior a dos alturas, y la orientación en el interior es muy sencilla organizada por un gran pasillo central ligeramente curvado desde el que se ve la salida opuesta al final de la columnata que conecta con el túnel de conexión con los vestíbulos del metro y del ferrocarril.
Aunque los holandeses están acostumbrados a lidiar con el agua la realización del edificio no estuvo exenta de complejidad y exigió drenar parte de la zona durante la construcción, protegiendo la zona con un tablestacado metálico que permitió levantar la estructura de forjados y pilares de hormigón, para después volver a cubrirla con el agua del río IJ del que también se alimentan el resto de canales de la ciudad.