Ana Paula de Alba e Ignacio Urquiza Arquitectos se enfocaron en convertir el local en un espacio totalmente versátil donde poder realizar eventos de diferentes escalas, a partir de una arquitectura movil, creando ambientes cerrados y abiertos en función de las necesidades del cliente. Para lograr esta flexibilidad se utilizaron cortinas envolventes, que permiten disfrutar de diferentes espacios en un mismo lugar.
En el interior las cortinas de tela ligera y transparente se convierten en el elemento principal del proyecto, contrastando con la vegetación del patio interior y los suelos y bancos de mármol verde. El mobiliario de madera de roble convierte el espacio en un ambiente cálido, además de aportar un aspecto atemporal al proyecto.
La fachada también se modifico, cambiando la puerta por una de acero inoxidable que refuerza la idea de entrar y salir de una cocina, ofreciendo una experiencia gastronómica única.
Casa Paladar por apda + IUA. Fotografía por Alejandro Ramírez Orozco.
Descripción del proyecto por Ana Paula de Alba, Ignacio Urquiza Arquitectos.
La cocina ha evolucionado a lo largo de los años para convertirse en un espacio social y dinámico, un lugar donde todos se sientan cómodos, tanto los que cocinan como los que disfrutan de la comida. A lo largo del tiempo, hemos valorado su funcionalidad, pero ahora también apreciamos su diseño, ya que deseamos aprovechar al máximo este centro neurálgico al que acudimos para alimentarnos, para compartir y para acompañar a quien esté cocinando.
Casa Paladar es un espacio culinario donde destacadas figuras de la escena gastronómica global como Daniela Soto-Innes, Elena Reygadas, Virgilio Martínez y Julien Royer, entre otros, comparten su talento y creatividad; se encuentra en el corazón de la Ciudad de México, en la planta baja de un edificio construido en la década de 1960 en la colonia Condesa.
El proyecto se basa en la rehabilitación de un espacio que, después de múltiples intervenciones, perdió su carácter y funcionalidad. Regresarlo a su estado original era prácticamente imposible y requería de un esfuerzo mayor al necesario.
Se pensó entonces en un espacio ligero y flexible que pudiera cambiar de escala fácilmente y que desvinculara al usuario de la edificación existente y del contexto exterior, para poder conectar con el objetivo principal del proyecto: la convivencia y la experiencia culinaria.
El enfoque de la remodelación se centró en llevar a cabo una intervención con un gesto único que abrazara completamente el espacio. El resultado es tan flexible que permite la realización de eventos de diferentes escalas y temáticas, ya sea una cena íntima para 15 comensales, un evento para 45 personas, un cóctel, una fiesta o una conferencia de prensa. Independientemente del formato del evento, el espacio se adapta para crear un ambiente abierto o cerrado, según las condiciones climáticas y las necesidades del cliente.
Para lograr esta versatilidad y ligereza necesarias, se utilizaron cortinas como el elemento envolvente y central del proyecto. Gracias a este componente, las posibilidades de transformación de distintos espacios dentro del lugar se multiplican.
En cuanto a los materiales, se optó por una aproximación sencilla y sobria. Se seleccionó una tela ligera y sutilmente transparente como material principal, la cual se complementa con la vegetación abundante del patio interior y con los pisos y bancos de mármol verde Tikal. Se introdujo un contraste frío y limpio en la cocina, donde tanto el mobiliario como los equipos y las paredes están revestidos con acero inoxidable.
El mobiliario fue diseñado y fabricado en roble natural a medida, específicamente para este proyecto. El uso de este material no solo confiere una belleza atemporal al espacio, sino que aporta una sensación de calidez y durabilidad que se integra armoniosamente al proyecto.
Sobre la fachada, se reconfiguró el acceso y se cambio la puerta por un portón de acero inoxidable. Este simple gesto permitió redondear el discurso de principio a fin: la sensación de que entras y sales de una cocina.
Casa Paladar representa la visión arquitectónica y de diseño de interiores que transforma la cocina en un espacio versátil, acogedor y elegante, donde la funcionalidad y la estética se unen para ofrecer una experiencia gastronómica única.