Fue la multidisciplinariedad de las obras de Esther Ferrer la que la llevó a trabajar en diferentes ámbitos artísticos, así como colaborar con otros creadores. Es el caso de sus dibujos realizados para el libro de poemas “La Isla”, de Blanca Calparsoro (Madrid, 1968), poetisa guipuzcoana con la que coincidió en el grupo vanguardista ZAJ.
Individualmente, a partir de los años de la década de 1980, desarrolló un trabajo fotográfico de sí misma teniendo como tema principal las diferentes partes del cuerpo, dando lugar a obras como, "El libro de las cabezas", "El libro de las manos" o "El libro del sexo". Fue en la exposición de "Fuera de formato", en Madrid, donde por primera vez se pudo vislumbrar dicho trabajo fotográfico.
Su labor creativa, "más que artística" como ella misma expresaría, ha sido presentada en diferentes museos (Museo Reina Sofía o Museo Guggenheim Bilbao), galerías de arte (Àngels Barcelona) e instituciones (Centre National de la Danse), teniendo gran trascendencia a nivel nacional e internacional (Canadá, México, Brasil, Francia, Alemania, etc.).
Individualmente, a partir de los años de la década de 1980, desarrolló un trabajo fotográfico de sí misma teniendo como tema principal las diferentes partes del cuerpo, dando lugar a obras como, "El libro de las cabezas", "El libro de las manos" o "El libro del sexo". Fue en la exposición de "Fuera de formato", en Madrid, donde por primera vez se pudo vislumbrar dicho trabajo fotográfico.
Su labor creativa, "más que artística" como ella misma expresaría, ha sido presentada en diferentes museos (Museo Reina Sofía o Museo Guggenheim Bilbao), galerías de arte (Àngels Barcelona) e instituciones (Centre National de la Danse), teniendo gran trascendencia a nivel nacional e internacional (Canadá, México, Brasil, Francia, Alemania, etc.).
Descripción del proyecto por Esther Ferrer
«El poema de los números primos»
Esther Ferrer llevaba varios años trabajando con figuras geométricas en sus obras, sin embargo, la incesante búsqueda de algo nuevo la llevó a replantearse nuevas fuentes de inspiración. Así, a partir de una noche en la que soñó con los números primos, se puso en contacto con colegas matemáticos que le dijeron que sería imposible alcanzar una obra correlativa. Los números primos tienen un orden fortuito, es decir, imprevisible, y cuanto más se avanza en la serie, más complicados son de encontrar.
Los avances tecnológicos y matemáticos del momento en que la artista llevó adelante «El poema de los números primos», habían concluido que el último número primo hallado constaba de 703 cifras. La obra consta de diversas series numéricas y bien puede iniciarse con el número 1 o bien con otro número como el 3000. El juego numérico también se apoya en otras estructuras matemáticas relacionadas con los números primos, como pueden ser los denominados "números gemelos", los cuales son aquellos números primos que los separa un único número, como 11 y 13.
Precisamente, es este sistema numérico inesperado el que brinda a la obra de Esther Ferrer ese carácter performativo: un espectáculo vanguardista donde convergen diferentes artes (música, artes plásticas, teatro) con un resultado, en este caso, inesperado tanto para el espectador como para el creador.
Acciones.- El proceso creativo
Desde un ámbito teatral, Esther Ferrer, se ha caracterizado por ofrecer una creación por encima de lo que otros denominarían como "arte", prevaleciendo lo creado por encima de las impresiones que pudiera tener un jurado o público.
Los avances tecnológicos y matemáticos del momento en que la artista llevó adelante «El poema de los números primos», habían concluido que el último número primo hallado constaba de 703 cifras. La obra consta de diversas series numéricas y bien puede iniciarse con el número 1 o bien con otro número como el 3000. El juego numérico también se apoya en otras estructuras matemáticas relacionadas con los números primos, como pueden ser los denominados "números gemelos", los cuales son aquellos números primos que los separa un único número, como 11 y 13.
Precisamente, es este sistema numérico inesperado el que brinda a la obra de Esther Ferrer ese carácter performativo: un espectáculo vanguardista donde convergen diferentes artes (música, artes plásticas, teatro) con un resultado, en este caso, inesperado tanto para el espectador como para el creador.
Acciones.- El proceso creativo
Desde un ámbito teatral, Esther Ferrer, se ha caracterizado por ofrecer una creación por encima de lo que otros denominarían como "arte", prevaleciendo lo creado por encima de las impresiones que pudiera tener un jurado o público.
«Cuando hago arte, no soy consciente de interpretar un papel específico, lo hago como persona no como artista.»
Esther Ferrer.
Sus expresiones artísticas se revelan ante lo autoritario para dar paso una "creatividad anárquica", es decir, un arte atemporal donde el artista es libre de expresar lo que siente con total libertad. No obstante, Esther Ferrer defiende un arte anárquico donde, si bien el artista cuenta con su propia libertad (individualista), también ha de tener en cuenta las libertades del resto de creadores. A partir de este punto, prevalecerá la unicidad del artista, del creador y, por su puesto, de la persona. Una unicidad que hace singular a cada uno y, que lejos de establecer distancias, es la que acerca a los individuos.
Esta "anarco-creatividad", como lo denomina la propia Esther Ferrer, no sigue una estructura, pues precisamente estaría contraponiéndose a la denominación utilizada. Por lo que, el arte abandonaría ciertos paradigmas, para convertirse en un proceso de realización personal que, posteriormente, se reflejaría en el artista. Un artista que acerca su obra a las calles siendo la pieza que mueve el pensamiento de las personas al mismo tiempo que acaba con las ideas utópicas de una sociedad prefecta, pues la propia utopía se presenta como imperfecta:
«En general la utopía es un universo cerrado, selectivo, jerárquico, moralista y pudiéramos hablar de muchos otros aspectos negativos del pensamiento utópico, por ejemplo su sexismo.»
Esther Ferrer.