Los patios funcionan como entrada y conectores entre los diferentes espacios y están cubiertos de vegetación, la cual crece a lo largo de toda la altura del edificio, unificando el techo y las terrazas a las fachadas. El resultado es un grupo homogéneo de distintas fases de construcción inmersas en el verde, que contribuye en hacer el edificio un lugar de tranquilidad en el caos de la ciudad.
Descripción del proyecto por Gabriel Beas Arquitectura
El edificio que hoy ocupan las oficinas del Corporativo BNS se construyó en 1905 en la Colonia San Rafael, una de las más antiguas de la ciudad de México. La remodelación logró una conjugación perfecta de un estilo de construcción clásico con las necesidades actuales de un espacio práctico y moderno.
El proyecto se desarrolla en una casa habitación con distribución típica de la época, cuenta con un patio interior que a través de un pórtico abierto se conecta hacia todos los ambientes. El complejo empezó a usarse como oficina en los años setenta y para eso se tuvo que construir un anexo con el fin de que fuera apto para la instalación de los espacios de trabajo. Esta adición continuó con un partido arquitectónico similar, una única crujía y distribución secuencial entre los diferentes espacios. Sin embargo, el sistema constructivo, los materiales y la altura de los entrepisos son diferentes. Con el paso de los años se añadieron pequeñas construcciones, cubiertas en azoteas y se techaron los patios para que estas áreas funcionaran como talleres y espacios multiusos. La transformación de este edificio es también el reflejo del crecimiento de la ciudad, del aumento de población y del cambio del uso de suelo en la zona.
El proyecto de remodelación, encargado a Gabriel Beas Arquitectos, consistió en integrar los diferentes espacios y épocas de construcción en oficinas y servicios. El proceso de diseño y ejecución llevó cerca de cuatro años, durante los cuales en conjunto con el cliente, se definió el programa de construcción. La remodelación se llevó a cabo en etapas para que, a semanas de iniciado el proyecto, el edificio pudiera estar en uso.
La casa de 1905 recobró su estado original, recuperando la cantera tallada, herrería, carpintería y los pisos de pasta de la época. Las habitaciones se adaptaron como oficinas, lo que eran la cocina y el comedor se convirtieron en sala de juntas y de espera. También se reforzó estructuralmente para añadir un nivel que continúa con el partido arquitectónico y modulación de la planta baja. La construcción nueva es de estructura de acero con muros de tabique, aplanado aparente y cristal de piso a techo. Para introducir vegetación en los niveles superiores los pretiles funcionan como grandes maceteros, este detalle se repite en todos los edificios unificando todo el conjunto.
Aprovechando la ubicación privilegiada de la casa en el centro de la ciudad, se eliminó el estacionamiento, ocupando al máximo el potencial de uso del predio. Los patios recuperaron su aspecto inicial, se removió la cubierta de lámina que los techaba y se diseñó un paisaje interior. Los patios funcionan como vestíbulo y son la conexión principal entre las diferentes partes del proyecto.
En la parte posterior del predio se construyó una segunda ampliación, añadiendo un nivel de oficinas y otro más que funciona como salón de usos múltiples. En la planta baja se encuentra una cocina y comedor para los empleados, que está conectado directamente con el patio. El resultado se lee como un conjunto homogéneo en el que las diferentes épocas de construcción conviven con la vegetación generando un espacio de calma entre el caos de ciudad.