En la esquina de Kenmare y Elizabeth Street en Nolita en Manhattan, un nuevo edificio de hormigón y cristal pronto emergerá desde la acera, hasta alcanzar unos siete pisos de altura en el siempre cambiante horizonte de Nueva York.
"He sido un fan de Ando desde mi adolescencia, y quizás lo más sorprendente era su alegría, su chispa", dice Marcus Werner Hed, co-fundador del estudio londinense Pundersons Gardens, que viajaó al estudio de Ando en Osaka y pasó cuatro días en la ciudad, tiempo durante el que se filmaron algunas de las obras más célebres de Ando, con el que además habló sobre su creación de Nueva York.
"Pensé que sería un hombre muy severo, tomando como referencia sus edificios, que son muy duros, incluso si tienen una increíble, hermosa serenidad para ellos", añade el cineasta. "Ando, sin embargo, le encanta hacer el payaso; es mucho más simpatico, amable y alegre de lo que esperas".
"Tal vez lo más sorprendente fue la alegría de Ando, su chispa"