El taller de Hermès es, hasta la fecha, el primer edificio industrial que ha obtenido la etiqueta francesa E4C2, y para ello comenzó reduciendo a cero su huella de carbono utilizando las tierras del lugar en el que se levantaría el edificio, (una zona industrial abandonada a 70 kilómetros de Louviers) para la creación de los ladrillos que se utilizaron en la construcción, algo que también supuso un apoyo y reconocimiento de los fabricantes de ladrillos de Normandía.
El resto de la estructura del edificio es en madera y aprovecha las condiciones del lugar para facilitar la ventilación natural y limitar la necesidad de iluminación artificial, calefacción y aire acondicionado, que son cubiertas con energía geotérmica (con 13 sondas a 150 metros de profundidad) y más de 2.300 m² de paneles solares.
El proyecto es una interesante composición de planta cuadrada articulada por una retícula de muros de arcos realizados con ladrillos colocados a mano y con cimbra, cuyas curvas se adaptan a las ondulaciones de los jardines y facilitan que su imagen se mimetice con el paisaje.
Las líneas que conducen a la entrada llevan a un patio abierto, cuya plaza interna conduce a un roble central, convertido en punto de encuentro para los trabajadores y artesanos. En este espacio se encuentra suspendida una obra del artista Emmanuel Saulnier.
El paisaje que rodea al edificio también es un trabajo de reciclaje y conservación de la biodiversidad local, donde el suelo excavado es manipulado por el paisajista belga Erik Dhont, para crear tres hectáreas de jardines ondulantes, conservando la mayoría de los árboles y equipados con un sistema de recuperación y conducción del agua de lluvia a la capa freática.
Taller Hermès por Lina Ghotmeh — Architecture. Fotografía por Iwan Baan.
Taller Hermès por Lina Ghotmeh — Architecture. Fotografía por Iwan Baan.
Descripción del proyecto por Lina Ghotmeh — Architecture
Este proyecto surge como una reflexión sobre la historia y los valores de Hermès con la artesanía como punto de partida y como punto final. Antes de trazar una línea, realicé con mi taller múltiples «excavaciones»: investigaciones sobre la historia de este lugar, sobre los recursos locales, las particularidades de este entorno, del suelo de Normandía con su tierra húmeda y arcillosa, lista para ser modelado
Construida en ladrillos artesanales, esta construcción narra el poder de la mano. 500.000 ladrillos, hechos de la tierra local a pocos kilómetros del sitio, estructuran el espacio, anunciando resistencia y ligereza. Cuidadosamente colocados por compañeros y maestros albañiles, han permitido la actualización de los saberes al mismo tiempo que se ha restablecido un vínculo íntimo y afectivo con la construcción.
Estructurales, finos, acoplados, estos ladrillos galopan por la envolvente del edificio, de vano a vano, se orquestan a intervalos de 9 metros de largo dibujando de cara a cara un cuadrado perfecto: la planta de esta fábrica.
Taller Hermès por Lina Ghotmeh — Architecture. Fotografía por Iwan Baan.
Como «una arqueología del futuro», este edificio surge literalmente de la memoria de su lugar, sobre los restos de un hogar magdaleniense que atestiguan la relación entre el hombre y sus herramientas. Invita a la naturaleza en su corazón, dibujando el tiempo entre las líneas de la arquitectura y el paisaje sinuoso remodelado por la tierra excavada del sitio.
Las líneas conducen a la entrada donde uno es abrazado por un patio abierto. Un roble centra el espacio y conduce a la plaza interna: un punto de encuentro, un lugar de reunión de diálogo entre artesanos bajo las vigas de madera. Aquí el espacio está magníficamente vestido por la obra del artista Emmanuel Saulnier que se ve suspendida en esta «plaza» con grandes agujas que se entrelazan en movimiento y trazan los galopes de los caballos de manera similar a los arcos que visten la arquitectura de este edificio. Este movimiento también se hace eco de los gestos de las manos en el trabajo, mientras los artesanos manejan los colores, bajo la luz que baña los grandes volúmenes de los diferentes talleres.
Cuero, tierra, ladrillo, madera, este edificio vive en sinergia con la naturaleza. Bioclimática, toma lo que la naturaleza le ofrece sin exigirle demasiado. Sus energías son renovables, bajas en carbono. Es un edificio E4C2 positivo como toda esta aventura humana. Demuestra que siempre podemos hacerlo bien y mejor gracias a nuestra perseverancia y la sabia colaboración de las disciplinas.