En los últimos años, los arquitectos del programa "One Village" de la Universidad China de Hong Kong han estado ocupados en las aldeas del cinturón sísmico del suroeste. Diseñaron un nuevo tipo de casa de tierra apisonada resistente a los terremotos, con la esperanza de ofrecer un alojamiento más seguro y más hermoso a la gente de allí.
El proyecto se inició en respuesta al catastrófico terremoto de Ludian en 2014, que destruyó la mayoría de los edificios tradicionales de tierra apisonada en la aldea de Guangming. Cuando los materiales de reemplazo como el ladrillo y el hormigón demostraron ser demasiado costosos para la mayoría de los residentes del pueblo, el equipo de arquitectos desarrolló una nueva técnica de construcción de casas apisonadas que fuesen más resistentes a la actividad sísmica en el futuro.
El concepto de "gente rica que construye casas de ladrillo y personas pobres que viven en edificios de tierra" todavía está profundamente arraigado. El concepto de nuevas casas de tierra apisonada durante algun tiempo fue inaceptable.
El año pasado se completó un edificio para que sirviese como prototipo construido para una pareja de ancianos, lo que demuestra que el método podría proporcionar una estrategia de reconstrucción segura, económica, cómoda y sostenible para la aldea y la región más amplia del suroeste de China.
Desde el WAF.-
Los jueces creían que este era un proyecto extraordinario dado el alcance de su ambición, ejemplificado en el tratamiento de los problemas profundos que enfrenta a la gente común. Aplaudieron la reutilización del material tradicional y los métodos de construcción, con la incorporación de nueva tecnología, que combina la sabiduría antigua con el conocimiento moderno.
Los jueces también quedaron impresionados por el proceso de investigación iterativo que podría aplicarse de nuevo en cualquier parte del mundo afectada por problemas sísmicos y bajos niveles de riqueza. "Los arquitectos lograron traducir 'cuatro paredes y un techo' en algo que, a través del compromiso arquitectónico, se convierte en un proyecto mucho más profundo", comentó el director del programa WAF, Paul Finch. "Este edificio es una demostración de que la arquitectura es tan relevante en las comunidades más pobres como en las más ricas".