LOOP Fair abre sus puertas el jueves con Isaac Julien.
Sus obras se pueden ver en el MoMA, la Tate Modern, el Centre Pompidou, la Guggenheim Collection y la Louis Vuitton Art Foundation. Es autor, entre otras, de Ten Thousand Waves, la fascinante instalación de nueve pantallas que nos habla de la China de ayer y de hoy. También es el invitado especial de POOL, el multiespacio en el que se darán cita los 200 profesionales convocados este año en LOOP, la primera feria internacional dedicada de forma exclusiva al videoarte.
LOOP Fair 2013. Poster. Cartel
El cineasta, artista y profesor Isaac Julien (Londres, 1960) abrirá ese jueves las puertas de LOOP Fair. Lo hará de la mano del Comité LOOP (formado por los expertos franceses Jean-Conrad e Isabelle Lemaître, Josée y Marc Gensollen y Christopher Grime), los co-directores de la feria, los galeristas Emilio Álvarez y Carlos Durán, y la coordinadora de la feria, Julia Morandeira, entre otros artistas, galeristas, coleccionistas y expertos. La feria tendrá lugar los días 23,24 y 25 de mayo.
Ten Thousand Waves , 2010. Vídeo proyección de 9 canales. 49 min 41 seg.
- Ten Thousand Waves (2010)
Ten Thousand Waves. El más reciente trabajo cinematográfico de Isaac Julien consiste en una instalación de 9 pantallas rodada en localizaciones naturales en la mítica región china de Guanxi. A lo largo de más de 4 años el artista británico ha reflexionado sobre uno de los pilares temáticos en el cuerpo general de su obra: la relación entre el hombre y su entorno, ya sea físico, social o cultural.
El proyecto parte de un hecho real, la tragedia de Morecambe Bay, en el norte de Inglaterra, en la que perdieron la vida 23 marisqueros que provenían de la misma aldea en China. Sobre este suceso Julien comienza a desarrollar distintas líneas de pensamiento que confluyen en un resultado final combinando la tragedia de la inmigración, la fascinación por la milenaria cultura orientel, o el viaje como metáfora de transformación y aprendizaje.
La narración alterna, con un tono poético, distintas historias conectadas entre sí y que revelan el pasado y el presente del lejano país. De esta forma Julien puede además reflexionar sobre los distintos lenguajes estéticos asociados a esos momentos mezclando realidad y ficción —grabaciones de cámaras de vigilancia junto con una narración cinematográfica que nos remite al cine clásico de la edad de oro de los míticos estudios de Shanghai—.
El resultado final es una narración basada hechos reales a la que incorpora un ensayo sobre la condición humana y una ficción dramática que se desvela casi como cuento de hadas y dioses. Para ello el artista utliza la fábula de la diosa Mazu del siglo XVI y procedente del mismo área geográfica de donde procedían los marisqueros ahogados de Morecambe. En el original la diosa salva de la muerte a un pescador y en su adaptación el artista la convierte en el hilo conductor de la obra y le sirve para traspasar los límites temporales y físicos.
Pero sin duda el elemento fundamental de la obra es la propia narración que alterna la edición tradicional plano-contraplano con la que se establece al combinar las 9 pantallas en lo que recuerda las experiencias de Abel Gance y que, si bien Julien lleva investigando desde hace años, alcanza aquí su máximo desarrollo.
Para este trabajo ha contado con colaboradores de excepción como la actriz Maggie Cheung, el artista plástico Yan Fudong o el calígrafo Gong Fagen. Junto a ellos, Julien da salida a todas las obsesiones que le han acuciado durante la preparación del proyecto: la China actual con sus ciudades en perpetuo crecimiento o el peso de la cultura tradicional, la tragedia humana y la evolución espiritual. Esta vídeo instalación fue co-producido por la Galería Helga de Alvear.