Coeditado por Caylus Anticuario -al que el Museo Nacional del Prado compró en 2017 el denominado Álbum de Brignardelli, que ha dado pie a la realización de esta historia gráfica- y Carne líquida, nombre bajo el que autoedita Brais Rodríguez sus fanzines, el Museo Nacional del Prado, presenta «La era de las imágenes desaparecidas», un proyecto gráfico promovido por el Área de dibujos y estampas, en el que su autor reflexiona sobre el valor de las imágenes en la sociedad y los problemas que su desaparición acarrea.
El fanzine, a la venta físicamente en Tienda Prado por 3€, se podrá descargar gratuitamente en la tienda online aquí.
Se terminó en diciembre de 2019 y su presentación debía coincidir con el final de la exposición El maestro de papel. Cartillas aprender a dibujar de los siglos XVII al XIX. Pero la pandemia truncó esta posibilidad.
«Este fanzine se ha convertido, sin pretenderlo en una alegoría de los miedos y los riesgos que las sociedades experimentan ante lo desconocido. Guardada la edición en cajas desde diciembre del 2019, su tardía presentación dos años después, simboliza la luz al final de oscuro túnel que nuestra sociedad está atravesando.»
José Manuel Matilla, Jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo Nacional del Prado.
El fanzine está basado en el Álbum de estampas como modelos para el aprendizaje artístico, reunidas por Juan Clemente Brignardelli (G-5922). Se trata de un álbum de 114 páginas de gran formato que reúne adheridas 420 estampas, casi todas ellas grabados a buril o aguafuerte, de los siglos XVI al XVIII, de diferentes escuelas europeas.
El estado de conservación de las estampas, deterioradas por su uso diario en la Escuela de Dibujo de Cádiz, de la que Brignardelli fue profesor a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, ha sido el punto de partida para la reflexión planteada por Brais Rodríguez. Una revisión sobre importancia de las imágenes en la sociedad: sobre su valor icónico como medios de expresión de las ideas que el poder transmite a través de los Gobiernos, la Iglesia..., pero también como medios para mantener la memoria y los recuerdos. Una mirada en la que el autor también reflexiona sobre la inestabilidad de las sociedades y la violencia que se desencadena cuando se alteran los mecanismos de control ideológico.
Brais Rodríguez, desarrolla una doble faceta como autor de comic; por un lado su presentación como como dibujante minucioso, de carácter a veces minimalista con viñetas en las que solo traza líneas negras sobre fondos blancos. Por otro lado, Brais se sirve de numerosas estampas utilizadas como ilustración de la prensa periódica y la literatura del siglo XIX, para descontextualizándolas, darles una diferente utilidad al servicio de una nueva narración, creando situaciones surrealistas y atmósferas atenazantes.
![](/sites/default/files/files/metalocus_museodelprado_fanzine-brais-rodirguez_06.jpg)
Álbum de estampas como modelos para el aprendizaje artístico, reunidas por Juan Clemente Brignardelli, último cuarto del siglo XVIII
Aguafuerte y buril / papel verjurado, 535 x 375 mm
Encuadernación holandesa puntas, lomo de piel con hierros dorados y tapas de papel jaspeado. 115 hojas de papel verjurado con 420 estampas adheridas.
Cat. G-5922
Pocos datos se conocen de Juan Clemente Brignardelli (?-1804), compilador y dueño de este álbum de estampas según consta en la anotación con tinta parda a pluma que figura en la hoja delantera de guarda "Libro que fue del Professor Brignardely que murio en Cadiz 1804 // Contiene este tomo Nº 1 602 490 [sobrescrito] estampas".
En el Archivo de la Academia de San Fernando consta una solicitud de hacia 1794/5 firmada por Brignardelli en la que figura como segundo ayudante de pintura en la Escuela de Dibujo de Cádiz. En ella pedía que se le otorgara el título de Académico de Mérito con tan solo hacer la prueba señalada por la Academia de San Fernando en su ciudad, tal y como hiciera Domingo Alvarez, director de la Escuela de Dibujo de Cádiz, afirmando tener muchas obras de consideración a su cargo y no poder desplazarse a Madrid. La petición consta que le fue denegada. Según la anotación en la primera hoja del álbum, falleció en 1804. Brignardelli debió tener algún tomo más como demuestra la necesidad de numerar el tomo en el lomo y en la anotación manuscrita de la guarda.
Los álbumes constituyen desde el siglo XVI una forma habitual de coleccionar estampas y dibujos. El montaje en las páginas permitía establecer un orden en la colección, al tiempo que garantizaba su preservación al evitar la manipulación directa de unas obras que, por su constitución material, son de gran fragilidad. En España, país de escasa tradición coleccionista, son pocos los casos que se conocen de esta forma de organización, aunque existan ejemplos sobresalientes como el de la colección de estampas de Felipe II en El Escorial, o los del Marqués del Carpio.
En el caso de los artistas se sabe por los inventarios post mortem que poseían dibujos y estampas, a veces conservados sueltos o en álbumes. Sin embargo no han llegado a nosotros en tal estado, pues ha sido frecuente su desmembramiento y dispersión. En este sentido este álbum gaditano es excepcional, por cuanto documenta lo que era conocido solo a través de la palabra escrita. Además permite constatar la utilidad que los profesores de dibujo confirieron a las estampas como modelo de aprendizaje. El mal estado general de las estampas, con numerosos pérdidas, roturas, dobleces y manchas, son buen testimonio de la fatiga causada por su uso en el taller. Pero, gracias que se pegaron a las hojas del álbum ha sido posible su preservación.
El álbum contuvo en origen 602 estampas, cifra que fue modificada posteriormente en la inscripción para reducirla a 490. Hoy solo contiene 420. Se puede apreciar como algunas hojas fueron separadas completamente, en otros casos se despegaron estampas, quedando restos de adhesivo o papel, y en otros casos directamente se recortaron.
El contenido del álbum es muy variado y no es posible determinar un orden perfecto que obedezca a criterios cronológicos, de escuela o temática. Solo en ocasiones las estampas se agrupan por su tema, reuniendo imágenes con arquitecturas, retratos, animales o paisajes. Pero en general la disposición de las estampas en las páginas obedece a un criterio de economía, ocupando toda la hoja sin dejar huecos libres adaptando las obras en función de su tamaño.
Esta organización sugiere más que una intención pedagógica, una intención de conservación para evitar la pérdida material de las estampas. La variedad es la cualidad principal del álbum, con numerosas estampas italianas, flamencas, alemanas, francesas y en menor número españolas. En ellas están presentes destacados autores como Pietro Testa, Antonio Tempesta, Jan Sadeler, Jacques Belange y Manuel Salvador Carmona, entre otros muchos.
Este álbum se encuadra en la política de adquisiciones del Museo del Prado centrada en los álbumes como forma de colección de obras de arte sobre papel, pero también como instrumento de trabajo al servicio de los artistas y los eruditos. También es coherente con las recientes adquisiciones centradas en las cartillas para aprender a dibujar que se utilizaron desde el siglo XVI. Repartidas a lo largo de las páginas del álbum hay al menos seis estampas que formaron parte de estas cartillas.
En el Archivo de la Academia de San Fernando consta una solicitud de hacia 1794/5 firmada por Brignardelli en la que figura como segundo ayudante de pintura en la Escuela de Dibujo de Cádiz. En ella pedía que se le otorgara el título de Académico de Mérito con tan solo hacer la prueba señalada por la Academia de San Fernando en su ciudad, tal y como hiciera Domingo Alvarez, director de la Escuela de Dibujo de Cádiz, afirmando tener muchas obras de consideración a su cargo y no poder desplazarse a Madrid. La petición consta que le fue denegada. Según la anotación en la primera hoja del álbum, falleció en 1804. Brignardelli debió tener algún tomo más como demuestra la necesidad de numerar el tomo en el lomo y en la anotación manuscrita de la guarda.
Los álbumes constituyen desde el siglo XVI una forma habitual de coleccionar estampas y dibujos. El montaje en las páginas permitía establecer un orden en la colección, al tiempo que garantizaba su preservación al evitar la manipulación directa de unas obras que, por su constitución material, son de gran fragilidad. En España, país de escasa tradición coleccionista, son pocos los casos que se conocen de esta forma de organización, aunque existan ejemplos sobresalientes como el de la colección de estampas de Felipe II en El Escorial, o los del Marqués del Carpio.
En el caso de los artistas se sabe por los inventarios post mortem que poseían dibujos y estampas, a veces conservados sueltos o en álbumes. Sin embargo no han llegado a nosotros en tal estado, pues ha sido frecuente su desmembramiento y dispersión. En este sentido este álbum gaditano es excepcional, por cuanto documenta lo que era conocido solo a través de la palabra escrita. Además permite constatar la utilidad que los profesores de dibujo confirieron a las estampas como modelo de aprendizaje. El mal estado general de las estampas, con numerosos pérdidas, roturas, dobleces y manchas, son buen testimonio de la fatiga causada por su uso en el taller. Pero, gracias que se pegaron a las hojas del álbum ha sido posible su preservación.
El álbum contuvo en origen 602 estampas, cifra que fue modificada posteriormente en la inscripción para reducirla a 490. Hoy solo contiene 420. Se puede apreciar como algunas hojas fueron separadas completamente, en otros casos se despegaron estampas, quedando restos de adhesivo o papel, y en otros casos directamente se recortaron.
El contenido del álbum es muy variado y no es posible determinar un orden perfecto que obedezca a criterios cronológicos, de escuela o temática. Solo en ocasiones las estampas se agrupan por su tema, reuniendo imágenes con arquitecturas, retratos, animales o paisajes. Pero en general la disposición de las estampas en las páginas obedece a un criterio de economía, ocupando toda la hoja sin dejar huecos libres adaptando las obras en función de su tamaño.
Esta organización sugiere más que una intención pedagógica, una intención de conservación para evitar la pérdida material de las estampas. La variedad es la cualidad principal del álbum, con numerosas estampas italianas, flamencas, alemanas, francesas y en menor número españolas. En ellas están presentes destacados autores como Pietro Testa, Antonio Tempesta, Jan Sadeler, Jacques Belange y Manuel Salvador Carmona, entre otros muchos.
Este álbum se encuadra en la política de adquisiciones del Museo del Prado centrada en los álbumes como forma de colección de obras de arte sobre papel, pero también como instrumento de trabajo al servicio de los artistas y los eruditos. También es coherente con las recientes adquisiciones centradas en las cartillas para aprender a dibujar que se utilizaron desde el siglo XVI. Repartidas a lo largo de las páginas del álbum hay al menos seis estampas que formaron parte de estas cartillas.