SCOB lee y reinterpreta algunos de los recursos estéticos de la época, como los dibujos geométricos en artesonados y pavimentos, para la reorganización de los espacios y la puesta en valor de la fachada patrimonial que da a la Plaza Cataluña. Esta estrategia también se utiliza para sacar el máximo provecho de las alturas libres y para redescubrir las estructuras originales a través de unas nuevas «ventanas interiores». Asimismo se han recuperado las columnas, las carpinterías del patio y las puertas de acceso, los únicos elementos originales que quedaban.
La propuesta de interiorismo se inspira en la ambientación los ateneos populares. El uso de materiales como madera, cerámica, mármol, terciopelo o tejidos de algodón acentúan este acercamiento temporal y físico y refuerzan la armonía visual y la sensación de calidez.
Las terrazas son uno de los elementos más imponentes de este proyecto por las vistas que ofrecen y por su singular estilo. En la terraza principal se han conservado los elementos de la fachada y los revestimientos cerámicos en paredes (originales) y suelo. El mobiliario y la vegetación se inspiran en las galerías y terrazas típicamente barcelonesas y conjuga zonas de descanso y zonas de trabajo y reunión al aire libre.
Reforma de la Casa Pich i Pon por SCOB. Fotografía por José Hevia.
Reforma de la Casa Pich i Pon por SCOB. Fotografía por José Hevia.
Descripción del proyecto por SCOB
Un edificio pionero
En 1922 el arquitecto Josep Puig i Cadafalch remodeló el edificio de Plaza Catalunya, 9, introduciendo una nueva tipología en la arquitectura contemporánea catalana: los edificios de oficinas. Apostó por dotar de la máxima flexibilidad a los espacios interiores, y por aumentar la entrada de luz natural a través de grandes ventanales en fachada. Innovó también en la disposición de la vivienda de la familia del promotor Joan Pich i Pon, en el último piso del edificio, convirtiendo esta particularidad de “vivir en el ático” en una nueva moda en la ciudad, que en aquellos años vivía inmersa en el movimiento socio-cultural del Noucentisme.
Valores compartidos
Los noucentistes eran conscientes de la necesidad de dotar a la sociedad de nuevos espacios cívicos, dinámicos, de encuentro, cultura y ocio. Es durante esos años en los que se crean muchas de las bibliotecas, museos, ateneos, instituciones y escuelas públicas que tenemos hoy en día.
La reinterpretación y actualización de los referentes del Noucentisme, y su ideología basada en los valores de la razón, la precisión, la serenidad, el orden, la medida y la claridad (estrechamente ligados a la Casa Pich i Pon) dan vida a un nuevo espacio de trabajo contemporáneo, que convierte su experiencia de uso y convivencia en un viaje de «regreso al futuro».
Reforma de la Casa Pich i Pon por SCOB. Fotografía por José Hevia.
Los nuevos años 20.
Una de las frases atribuidas a Puig i Cadafalch es que «la arquitectura debe reflejar el carácter de una sociedad». En este sentido las estrategias claves de la nueva remodelación interior del edificio han sido recuperar los grandes espacios diáfanos, pensados históricamente como espacios flexibles, así como potenciar aquellos valores contemporáneos que se alinean con el movimiento cultural del Noucentisme. La creación de conocimiento colectivo compartiendo ideas en espacios abiertos y saludables, el contacto directo con la luz natural y el exterior, el uso de materiales nobles trabajados con técnicas de artesanía, así como los ambientes interiores confortables en los que predomina la elegancia y la sencillez, son algunos ellos.
Un ateneo contemporáneo.
El sentimiento de comunidad va asociado al sentimiento de pertenencia. Es por ese motivo que, para reforzar los valores y la filosofía de los espacios de trabajo contemporáneos, fundamentados en el espíritu de colaboración, comunidad y esfuerzo compartido, la propuesta pone el énfasis en una ambientación inspirada en los ateneos populares. Estos centros representan en muchas ciudades, y especialmente en Barcelona, modelos de éxito social y cultural desde principios del siglo XX, como espacios híbridos entre el lugar de trabajo o estudio, el de reunión informal, el de ocio cultural, y la propia casa. El uso de materiales como madera, cerámica, latón, mármol, terciopelo, ratán, corcho o tejidos de algodón acentúan este acercamiento temporal y físico.
Reforma de la Casa Pich i Pon por SCOB. Fotografía por José Hevia.
Reforma de la Casa Pich i Pon por SCOB. Fotografía por José Hevia.
Las artes gráficas.
Las artes gráficas tuvieron una importancia relevante en la promoción y difusión de la estética asociada al movimiento noucentista. En este sentido el proyecto homenajea a la figura de Puig i Cadafalch a través de un conjunto de ilustraciones del artista gráfico Mr. Andreu sobre los edificios más emblemáticos que el arquitecto construyó en la ciudad de Barcelona. Estas ilustraciones siguen la stética mediterránea del movimiento, así como sus preceptos de orden, razón, precisión y medida.
Este trabajo se entrelaza con el uso para la señalética de la tipografía Aloma, inspirada en la novela homónima de Marcé Rodoreda (1938) y en los cánones clásicos del Noucentisme.