Todas las intervenciones se han reducido al mínimo y se ha seguido un proceso de reacondicionamiento estructural, térmico y de reintegración sostenible en el maltratado contexto anterior en el que se modificaron las ventanas para mejorar su relación con el exterior. El patio se cerro a los coches y se renaturalizó al completo y se planto un nogal que actúa como ejemplo de los nuevas formas de habitar este entorno.
Reconversión de una Antigua Cerrajería por ALAS Alarcon Linde Architects. Fotografía por Ronald Patrick.
Reconversión de una Antigua Cerrajería por ALAS Alarcon Linde Architects. Fotografía por Ronald Patrick.
Descripción del proyecto por ALAS Alarcon Linde Architects
Las numerosas vidas de un edificio
Esta edificación de 1931 situada en el barrio berlinés de Neukölln nació como conjunto de cocheras para convertirse en almacén de arte y sala de exposiciones, más tarde en cerrajería y por último pasar al desuso en el que se encontraba cuando un pequeño grupo de artistas y creativos decidió adquirirla en 2018 y convertirla en un conjunto de talleres y apartamentos para uso propio.
La construcción en forma de «U» en torno a un patio a modo de «Dreiseitenhof» o tipología tradicional de granja rural, se encuentra a su vez en el interior de una manzana urbana berlinesa. El pequeño patio de la cerrajería se encuentra pues, dentro de otro patio más grande de manzana, «como si fueran capas de una cebolla» tal y como describe David Byrne en sus «Diarios de Bicicleta». Sus alas este y norte tienen una única planta, mientras que su ala oeste tiene dos, dado que en su planta superior se situaban originalmente las oficinas de las antiguas cocheras. La construcción inicial consistía en dos alas laterales erigidas en muros de mampostería y forjados de bovedillas cerámicas armadas tipo «Steineisendecke», soportados a su vez por una serie vigas metálicas, mientras que en una ampliación posterior de la posguerra se había cerrado la u en su ala norte mediante un pragmático armazón de muros de hormigón y una cubierta de madera tipo shed con un lucernario longitudinal.
Una nueva piel según la vieja tradición japonesa
Aparte de la introducción de una serie de refuerzos estructurales para garantizar la estabilidad del edificio, la fachada de mampostería original ha sido aislada térmicamente mediante paneles de 20cm de fibra de madera y sellada a su vez con un encofrado de madera de pino carbonizado siguiendo la técnica tradicional japonesa del Shou Sugi Ban. Este método surgido en Japón en la era Edo entorno al sigo XVII consiste en carbonizar la capa exterior de la madera para proporcionar una pátina protectora contra las inclemencias del tiempo y los insectos. En este proyecto los tablones de madera provienen de la región de Usedom junto al mar báltico donde un carpintero de la región ha recogido y reinterpretado esa tradición empleando pino de los bosques locales.
Reconversión de una Antigua Cerrajería por ALAS Alarcon Linde Architects. Fotografía por Ronald Patrick.
La ventana como lugar
La forma y proporción de las ventanas ha sido ligeramente modificada, rebajando la altura de los parapetos e instalando generosos alféizares de madera que se convierten en bancos y lugares de reposo tanto hacia el interior como el exterior.
Renaturalización
Además de ser reforzadas estructuralmente y sustituidas allí donde era necesario dado su mal estado, las diferentes cubiertas del edificio han sido aisladas térmicamente y recubiertas de un estrato vegetal. El patio se ha cerrado a los coches y se ha “renaturalizado” eliminando a su vez la capa de asfalto que lo recubría y sustituyéndola por un manto de tierra vegetal. En el centro del patio se ha plantado un nogal que actúa como nuevo centro gravitacional del conjunto.
Reconversión de una Antigua Cerrajería por ALAS Alarcon Linde Architects. Fotografía por Ronald Patrick.
Intervenciones quirúrgicas
En el interior se han realizado una serie de pequeñas intervenciones quirúrgicas que mediante modificaciones, aperturas e inserciones puntuales bajo la premisa de la “menor intervención posible” pretenden adecuar el edificio a su nuevo uso, dotándole de una mayor luminosidad y amplitud sin por ello dejar de mostrar y celebrar sus vidas anteriores. Algunos de los muros de mampostería han sido decapados con chorro de arena para recuperar la textura original mientras que en otras zonas de trabajo que requieren mayor neutralidad se han recubierto con veladuras blancas que dejan entrever la materialidad yacente en el edificio encontrado.