El Pabellón de Reflejos de la bienal Manifesta 11 ha sido diseñado y construido por un equipo de 32 estudiantes de la clase de Tom Emerson de la ETH de Zúrich. Los estudiantes han trabajado durante 10 meses para abarcar todas las escalas de este proyecto, desde su contexto en el lago hasta las uniones de cada pieza de madera. Las celosías fueron prefabricadas y montadas sobre el lago, una vez montado, el conjunto se arrastró con lanchas hasta su posición final.
El resultado es un espacio urbano protegido e íntimo que constituye el proyecto construido y dirigido por estudiantes más grande y más complejo hasta la fecha.
Descripción del proyecto por Estudio Tom Emerson
Un equipo de treinta y dos estudiantes de arquitectura de la clase de Tom Emerson de la ETH Zurich han diseñado y construido un pabellón para Manifesta 11, la bienal europea nómada del arte contemporáneo. Flotando en el lago con el centro de la ciudad como telón de fondo, el Pabellón de Reflejos sirve como foro público de la bienal: como punto de encuentro, como una sala de cine para la proyección de películas que forman parte de la bienal, que se refleja en la piscina pública, abierta a el público durante el día.
Una isla de madera, en la que hay un fragmento íntimo de espacio urbano rodeado por cinco construcciones: una torre, una tribuna, un bar, una terraza con cabinas de vestuarios abajo, una piscina central con una pantalla de cine sobre la misma, y tres conjuntos de pasarelas sobre el lago. Junto con la torre, los techos volumétricos sobre la barra del bar se construyen a partir de diferentes celosías de madera.
Bajo la dirección de Tom Emerson y los jefes del proyecto Boris Gusic y Adrian Heusser los 32 estudiantes de arquitectura en la ETH Zurich diseñaron y construyeron colectivamente el pabellón. El proyecto se inició con un concurso de ideas entre grupos pequeños de estudiantes, de entre los cuales se identificaron y desarrollaron las ideas más prometedoras. Los equipos más pequeños, trabajaron en diferentes escalas, desde la consideración de su posición en el lago, hasta prototipos a escala 1: 1. Al igual que en el proceso de diseño, las técnicas democráticas de construcción empleadas condicionaron al diseño: el pabellón está hecho casi en su totalidad de madera (abeto europeo), y todas las juntas se han diseñado para ser atornilladas de manera simple. Los estudiantes trabajaron durante diez meses para llegar a las muchas dimensiones relacionadas con el diseño, la tecnología y la organización del proyecto, juntos en una obra de múltiples capas y en última instancia edificable. A medida que el proyecto fue creciendo, expertos y voluntarios ayudaron a los 32 estudiantes originales para formar parte de este excepcional espacio público flotante en el lago de Zúrich.