El uso eficiente de los recursos, conservando los edificios existentes en la medida de lo posible y reduciendo los residuos de la construcción. Para el proyecto se reutilizó la madera original de los tejados para fabricar el mobiliario urbano que ocupa las zonas comunes. Además, las baldosas de cerámica, una vez demolidas, se integraron en el pavimento del proyecto.
LAPI por Superlimão. Fotografía por Maíra Acayaba.
Descripción del proyecto por Superlimão
Si el barrio de Pinheiros, en la Zona Oeste de São Paulo, vive actualmente una intensa transformación, la zona de Largo da Batata -una de las áreas históricamente efervescentes del barrio- consolida este impulso con la inauguración del proyecto LAPI en marzo de 2024. Promovido por Jacarandá Capital, con arquitectura de Superlimão y masterplan de Spol, el emprendimiento ocupará un área de 20.000 m², resultado de la integración de 29 inmuebles dispuestos en tres bloques.
Adquiridas por la promotora de negocios inmobiliarios, comprometida con su contexto, las parcelas formarán, al final del proyecto, un complejo de uso mixto con tiendas, restaurantes, apartamentos y locales comerciales, en un conjunto arquitectónico que mezcla retrofits y nuevas construcciones y destaca por la conexión y el disfrute.
En esta primera fase, se entregó la Quadra 2, que conecta las calles Fernão Dias y Guaicuí. Albergará tiendas y restaurantes, todos ellos orientados hacia una plaza interior equipada con mobiliario urbano y un gran árbol ingazeiro. Se prevé que la urbanización LAPI esté totalmente inaugurada a finales de 2024. Aún así, ya ha obtenido un importante galardón, al ser el ganador del 10º Premio de Arquitectura Saint-Gobain AsBea en la categoría Comercial, Servicios e Industrial.
LAPI por Superlimão. Fotografía por Maíra Acayaba.
Una nueva experiencia para alojarse en la ciudad: LAPI se integra con el principal nudo de transportes de la zona oeste y establece una importante ocupación al aire libre
Integración es una de las palabras clave de LAPI - una combinación de las primeras sílabas de «Largo» y «Pinheiros», el área es un punto estratégico de intersección con las principales carreteras de la ciudad, y es el principal centro intermodal de transporte público en la Zona Oeste, con miles de personas circulando todos los días.
En este escenario, al reurbanizar las manzanas, LAPI aporta una nueva experiencia de ocupación al repensar el espacio urbano de una forma eficiente e integradora que preserva la identidad del barrio, además de consolidarse como un hito con potencial transformador.
«La idea es que el barrio integre gradualmente estos nuevos usos de los espacios, de modo que este flujo, partiendo de LAPI y expandiéndose más allá de la manzana, contribuya a mejorar la seguridad urbana, la convivencia y la cualificación tan deseadas en Largo».
Thiago Rodrigues, socio y arquitecto de Superlimão.
«LAPI materializa lo que Jacarandá Capital se propone ofrecer al mercado: proyectos que no sólo dialogan con la ciudad, sino que también aportan beneficios tangibles a las regiones donde se ubican. Con un enfoque centrado en el largo plazo, la empresa cree en grandes proyectos que requieren una importante inversión de tiempo y recursos, fortaleciendo los entornos urbanos y creando oportunidades para ocupantes e inversores».
Luís Augusto Góes, uno de los socios fundadores de la gestora.
A partir de un mapeo de los flujos de personas y de su perfil, el proyecto se basó en una cuidadosa selección de servicios, tiendas y restaurantes, intercalados con áreas de negocio y ocio. La propuesta es mantener el espacio en movimiento durante el mayor tiempo posible, generando un flujo de personas, iluminación y seguridad.
LAPI por Superlimão. Fotografía por Maíra Acayaba.
Demoler y construir: nuevos espacios abiertos para una ciudad más dinámica
LAPI abre sus puertas en un momento de transformación de la región, fruto de la Operação Faria Lima y de otros movimientos del Plan Director que fomentan el diálogo entre el desarrollo empresarial y las necesidades urbanas. Pensando en su impacto directo en la escala del usuario, el diseño de la urbanización se basa en el respeto y la preservación de la memoria local, priorizando la reutilización y revelando la historia de la ciudad tanto en las readaptaciones como en las nuevas construcciones.
La valorización de las zonas vacías es un aspecto crucial del proyecto. Los edificios irregulares sin atributos arquitectónicos se demolieron estratégicamente para crear espacios abiertos que aportaran luz, ventilación y permeabilidad visual. Este proceso no sólo revitaliza el entorno, sino que contribuye a la mejora estética y funcional, transformando zonas antes descuidadas en espacios dinámicos.
Fruition revela un planteamiento que potencia la interacción con el entorno urbano, además de abordar cuestiones urbanas fundamentales, como la fachada dinámica con tiendas orientadas hacia la calle y otras hacia el interior. Todas las circulaciones se dirigieron hacia los interiores, siguiendo la propuesta de que, en los edificios residenciales, la entrada se realizará desde el interior de la urbanización. Este planteamiento también se aplica a los locales comerciales, a los que se accede exclusivamente a través de espacios interiores.
En urbanizaciones de uso mixto como LAPI, garantizar que haya oficinas que funcionen hasta tarde y residencias con acceso no restringido a determinadas horas mantiene a la gente en constante movimiento. Al concentrar todos los accesos en el interior, se pretendía crear un ambiente activo y vibrante, esencial para el disfrute del espacio.
LAPI por Superlimão. Fotografía por Maíra Acayaba.
Sostenibilidad: nuevos usos para edificios y materiales existentes
La sostenibilidad de la urbanización reside en su capacidad para hacer un uso eficiente de los recursos, conservando los edificios existentes en la medida de lo posible y reduciendo los residuos de la construcción. Mediante la gestión de los residuos de demolición, se reutilizaron 20 metros cúbicos de la madera original de los tejados para fabricar el mobiliario urbano que ocupa las zonas comunes. Además, las baldosas de cerámica, una vez demolidas, se integraron en el pavimento del proyecto.
La búsqueda de prácticas sostenibles también incluye inversiones en tecnologías para la optimización energética y el consumo de agua, reforzando el compromiso con prácticas contemporáneas y respetuosas con el medio ambiente.
Con las áreas restantes resultantes de la adición de fachadas activas y la demolición de áreas irregulares en todas las parcelas, se depositaron nuevas áreas de construcción en sistemas estructurales actuales y optimizados, adosados a las estructuras existentes. El resultado es un planteamiento que preserva lo original y significativo, estableciendo un diálogo armonioso entre pasado y presente.