CRB arquitectos crea un edificio de viviendas que se desarrolla en tres módulos conectados a través de dos núcleos de circulaciones verticales que reúnen las zonas comunes para los residentes con locales comerciales. Estos módulos responden a una distribución que aprovecha la fachada para proporcionar vistas desde cada una de las viviendas y mejorar la accesibilidad al interior del edificio.
El proyecto cuenta con numerosas zonas comunes situados estratégicamente para promover la interacción entre los habitantes generando un recorrido que fusiona zonas publicas y privadas cuya experiencia espacial resulta positiva e interesante.
Se opta por realizar el proyecto en hormigón, confiriéndole la capacidad de reflejar en sí mismo el paso del tiempo y consiguiendo su integración con el entorno. Se consigue así dar forma a las características curvas del edificio de manera más sencilla, demostrando la versatilidad del volumen y la capacidad de adaptación a las diferentes exigencias.
ONTO Tonalá por CRB arquitectos. Fotografía por César Bejar.
Descripción del proyecto por CRB arquitectos
El proyecto de Tonalá 15, ubicado en la Colonia Roma, en la CDMX, nace de la necesidad de adaptarse a un terreno triangular ubicado en la intersección de Insurgentes, la avenida más larga de la CDMX, y la calle de Tonalá. La inspiración proviene de la idea de crear un elemento que destaque por su sencillez y materialidad y al mismo tiempo integrado con el contexto urbano.
El proyecto busca activamente la revitalización de la zona urbana, aspirando a generar un impacto positivo tanto en la economía local como en la calidad de vida de los habitantes de la comunidad. Este enfoque no solo resalta la importancia estética y funcional del diseño arquitectónico, sino que también subraya su papel crucial en la creación de entornos que fomentan la conexión social, contribuyendo al desarrollo sostenible de las áreas urbanas y al aumento de la plusvalía que da a la zona.
El diseño aprovecha la estructura de hormigón del edificio para crear en la fachada una cuadrícula limpia y sencilla en las caras que ven a las avenidas, con ventanales de piso a techo e inclinando las columnas en la planta baja hacia el interior del edificio, creando un gesto de apertura hacia la vialidad. Con esto, se logra un elemento sobrio que destaca por sus detalles arquitectónicos y su forma, así como una transparencia total hacia el interior.
El proyecto, además, soluciona la planta en un terreno muy pequeño, con una forma tan compleja como lo es el triángulo, logrando meter 4 viviendas entre 50 m² y 54 m² por piso en un área reducida.
Los conceptos principales que rigen al diseño son: adaptación al entorno, simplicidad, y funcionalidad.
El edificio plantea un uso mixto de vivienda, el cual incluye vivienda a corto plazo, de estancia a mediano plazo y vivienda permanente. Esto genera una riqueza en la convivencia de los usuarios debido a la variedad de usos. La arquitectura del proyecto tiene como objetivo principal mejorar la calidad de vida del usuario, creando un entorno en el que las personas quieran estar, promoviendo la interacción entre los habitantes y su entorno. Se distingue por su diseño accesible que garantiza la usabilidad para usuarios de todas las capacidades promoviendo el bienestar de las personas que lo habitan.
En planta baja, en la punta del edificio se crea una plaza que funciona como espacio público, generando un impacto social significativo, una cesión a la ciudad, cumpliendo con el porcentaje de área libre que rige la normativa, logrando concentrar y aprovechar lo más posible el espacio restante para la planta del edificio.
El desarrollo del proyecto abarca tres módulos, los cuales se conectan mediante dos núcleos de circulaciones verticales. En la planta baja, el acceso al edificio se realiza a través del módulo central, donde se encuentran el vestíbulo y un área de descanso. Además, se incorporan dos locales comerciales que dan a la calle principal.
Los dos primeros módulos están compuestos por un apartamento por piso, mientras que el último se divide para albergar dos viviendas. Esta distribución se creó aprovechando la fachada, con el propósito de proporcionar vistas desde cada una de las viviendas hacia las dos calles que rodean el proyecto, así como mejorar la accesibilidad del edificio.
En el último nivel, se destina un espacio para una lavandería común y dos áreas de terraza que ofrecen vistas panorámicas hacia la ciudad. Los espacios comunes fueron ideados estratégicamente para promover la interacción entre los habitantes, generando un recorrido que empieza en la plaza pública, entrando por el acceso a un costado del segundo módulo hacia el vestíbulo y posteriormente a través de las escaleras y ascensores panorámicos, hasta llegar a las terrazas, terminando en la cubierta verde.
El sótano, contempla únicamente estacionamiento para bicicletas, buscando desincentivar el uso del automóvil, promoviendo el transporte público y la movilidad sostenible con cero emisiones.
El vestíbulo tiene una atmósfera sobria y elegante, diseñada para recibir al usuario. Por su parte, en las viviendas, se crea un ambiente más cálido y acogedor.
La experiencia en las circulaciones verticales, tanto de los ascensores panorámicos como de las escaleras es práctica y con vistas a la calle, logrando que se recorra lo mínimo posible desde el acceso a la puerta de cada vivienda, ayudando a optimizar la superficie habitable. Las escaleras cuentan con una textura de hormigón pigmentado «acanalada» en planta baja y una estructura metálica de acero negro, que se vuelve un elemento escultórico en los siguientes pisos y crea descansos que se observan en ambos lados del edificio, generando ventilación natural y cruzada dentro del edificio.
Constructivamente, la poca resistencia del suelo en el terreno obligó a generar una cimentación muy profunda, un reto logístico por las maniobras que se requirieren en un terreno tan pequeño, además de una extensa investigación por parte del equipo de ingeniería. El resultado es una estructura que consta de pilotes de cimentación a 40 m de profundidad; un sistema de colados a base de cimbra prefabricada, reduciendo la huella en planta y agilizando procesos constructivos, seguidas de un sistema de aislamiento sísmico marca FIP que soporta una armadura a base de columnas de hormigón con losas reticulares. Gracias a esto la obra logra concluirse en tan solo 18 meses, pese a la complejidad de la cimentación.
En la elección de materiales, se buscó utilizar aquellos en su estado natural, que envejecieran de manera conjunta con el edificio y permitieran su adaptación al entorno a lo largo del tiempo. La integración del edificio al contexto urbano lo hace destacar por sus detalles y sencillez, más que por su escala.
La totalidad de la estructura del edificio se construye empleando hormigón aparente pigmentado en un tono tierra, lo que le confiere esta capacidad de envejecer, permitiendo que, con el tiempo, el proyecto vaya teniendo más y más carácter. Este material se emplea además por su maleabilidad para dar forma a todas las curvas del proyecto, demostrando así su versatilidad y capacidad de adaptarse a las exigencias del diseño arquitectónico.
Para los acabados, se opta por suelos de granito en áreas públicas, así como mármol en los espacios privados. Para los muros interiores se utilizaron aplanados con pintura y paneles de madera. En las viviendas, los baños fueron revestidos con este mismo mármol, dando homogeneidad, a través de una paleta de materiales corta y congruente.
Para el interiorismo de las viviendas de corta y mediana estancia, se trabajó en colaboración con estudio M:A , para colocar el mobiliario y la decoración que dialogan con los acabados naturales y cálidos de la torre.
La suma de texturas y colores beiges resalta mediante detalles de textiles en sillas iluminación, cestería de mimbre, y madera nacional; la esencia mexicana, una carta de bienvenida a extranjeros que buscan alojarse en el corazón de la colonia Roma.
Las carpinterías negras, elegantes y delgadas constan de un sistema con doble acristalamiento para aislamiento térmico y acústico hacia el interior del edificio (Cortizo / Venster).
El edificio cuenta también con un sistema de captación de agua pluvial para un sistema hidráulico alternativo, apostando a la sostentabilidad en el proyecto. De la misma manera como estrategia pasiva, se creó un «oasis vertical» gracias a la plaza pública, las jardineras en los diferentes pisos, y la cubierta verde, contribuyendo a la generación de aire limpio para la ciudad.
El edificio es reconocible en la zona, un hito que se integra con la ciudad elevando la estética urbana.