Presidiendo la entrada, en el centro del patio y delante del acceso al Archivo Municipal, se encuentra Isla Remota, que se caracteriza por una grada doble para eventos. A su izquierda, guiando la entrada al Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque y al Museo Municipal de Arte Contemporáneo, se encuentra Isla Endémica, que cuenta con un pequeño teatro experimental en su interior. Finalmente, recordando a un paisaje volcánico con una suave pendiente encontramos Isla Pirófita, que puede utilizarse indistintamente como escenario, platea o zona de descanso.
Cada isla cuenta con diferentes especies vegetales propias de cada ecosistema y estrategias sostenibles que aplicar en estos para abordar el futuro del espacio público y los paisajes que nos rodean adaptando los recursos disponibles a las limitaciones que el cambio climático impone, imaginando paisajes resilientes a largo plazo y comunidades que crezcan al cobijo de estos nuevos espacios. El proyecto ha sido seleccionado para los premios FAD 2024.
Tres ensayos de paisaje por Lys Villalba y Lluís Alexandre Casanovas Blanco. Fotografía por Jose Hevia.
Descripción del proyecto por Lys Villalba + Lluís Alexandre Casanovas Blanco
Tres ensayos de paisaje es un proyecto piloto que testea estrategias para mitigar los efectos de la crisis climática en los espacios públicos del sur de Europa. Las olas de calor y las sequías continuadas de los últimos veranos, así como la normalización de fenómenos meteorológicos extremos como las nevadas o las lluvias torrenciales durante el resto del año, pone de manifiesto la falta de preparación de las ciudades sur-europeas ante la evolución de la actual crisis climática. Estas nuevas condiciones nos obligan a repensar nuestro espacio público. En los núcleos urbanos, una falta generalizada de sombras y un incremento de las temperaturas debido a suelos poco permeables y a la escasez de especies vegetales que suavicen los efectos del calor, hacen necesario el despliegue de nuevos imaginarios. Lejos de una limitación, esta crisis ofrece la oportunidad de repensar el espacio público como un lugar de encuentro para la diversidad, de confort para individuos de la misma o distintas especies, de convergencia entre distintas cosmovisiones que vayan más allá de la humana.
Tres ensayos de paisaje por Lys Villalba y Lluís Alexandre Casanovas Blanco. Fotografía por Jose Hevia.
Se presenta el siguiente reto: ¿Cómo aumentamos la vegetación en la ciudad ante la creciente perspectiva de falta de agua? ¿Cómo podemos imaginar un espacio público de encuentro sin consumir un gran volumen de recursos, que resulte agradable a diversos agentes, y que propicie nuevas ideas de comunidad que vayan más allá de la especie humana? Ante algunas experiencias recientes de remodelación de espacios públicos en Madrid que obvian la urgencia de la nueva coyuntura climática y sus oportunidades, Tres ensayos de paisaje es una experiencia pionera que imagina cómo pueden ser nuestras plazas y calles en un futuro próximo.
Nuestra intervención tiene lugar en el Patio Central de Conde Duque, un gran vacío de 4.500 m2 de diseño militar que sirve de lugar de acceso de instituciones que ocupan los espacios del antiguo cuartel y que incluyen: el Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque, el Archivo de la Villa, que se encuentra debajo de la plaza, el Museo Municipal de Arte Contemporáneo, la Biblioteca Histórica y la Hemeroteca Municipal de la ciudad de Madrid, la Biblioteca Digital Memoria de Madrid, la Biblioteca Pública Benito Pérez Galdós y la Biblioteca Musical Víctor Espinós. A pesar de su potencial como lugar de encuentro entre los distintos usuarios y los vecinos, su monumentalidad presenta problemas de confort térmico, con falta de sombra y altas temperaturas causadas por sus superficies impermeables, y de escala, con falta de lugares donde descansar y de espacios para el juego, de encuentro para adolescentes y de descanso para aquellos mayores que viven en la zona o que visitan el barrio.
Tres ensayos de paisaje por Lys Villalba y Lluís Alexandre Casanovas Blanco. Fotografía por Jose Hevia.
Con la intención de fragmentar esta gran plaza en espacios más reducidos, se plantea la construcción de tres islas o jardines flotantes que permitan la aparición de actividades imprevistas y convivencias inesperadas entre los distintos públicos de las instituciones que circundan el espacio. Cada una de estas islas presenta un ecosistema específico que se refiere a estrategias distintas ante nuevas condiciones climáticas: desde especies que hablan de la vegetación característica de la cuenca mediterránea a la adaptación de especies de otras latitudes y de plantas pirófitas que, en condiciones de sequía, hacen del calor su modo de supervivencia y propagación. Estos tres paisajes incorporan, a la vez, una familia de elementos singulares que dotan a las instituciones de lugares para el teatro, la danza, la palabra, la performance, las artes plásticas y la música. Equipadas con ruedas, las islas pueden desplazarse a los laterales para recuperar el gran vacío central y permitir la celebración de grandes eventos. Las islas despliegan nuevas redes de relaciones, posibilitando nuevos usos y modos de vida en común que extienden al aire libre la programación de las distintas instituciones de Conde Duque, ampliando así los espacios públicos del denso barrio que lo rodea.
Presidiendo la entrada, en el centro del patio y delante del acceso al Archivo Municipal, se encuentra la primera isla, llamada Isla Remota, que se caracteriza por una grada doble destinada a eventos y un gran neón que se alimenta con energía solar. Debajo de la grada emerge un paisaje con especies importadas de diferentes latitudes y culturas que comparten, únicamente, su resiliencia a nuestro clima. Se trata de plantas procedentes de ecosistemas remotos que, en los últimos años, han proliferado en el paisajismo de nuestro país, parte de un ideal de belleza vegetal global de atrevidos colores, formas voluminosas y con una necesidad de agua mayor a las otras islas. La amplia presencia de especies angiospermas, que producen flores y frutos, busca atraer a insectos y pájaros que, en los últimos años, han visto reducido su hábitat en el centro de Madrid.
Tres ensayos de paisaje por Lys Villalba y Lluís Alexandre Casanovas Blanco. Fotografía por Jose Hevia.
A su izquierda, guiando la entrada al Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque y al Museo Municipal de Arte Contemporáneo, se encuentra la segunda isla, llamada Isla Endémica, que cobija en su interior un pequeño teatro experimental. Un telón perimetral determina la posición de los espectadores: una pequeña grada situada en su interior permite actuaciones de formato reducido; a la vez, el telón define un vacío que funciona como escenario para eventos de mayor escala. La isla contiene las especies endémicas que configuran los paisajes ibéricos secos, como, por ejemplo, la dehesa con sus madroños y retamas, o los paisajes costeros mediterráneos, llenos de olivos y romero. Esta isla, cuyo telón plateado es determinante en la nueva imagen del patio, subraya el compromiso del Centro Conde Duque con la creación, la difusión y la investigación de lenguajes escénicos contemporáneos.
Finalmente, definida por una materialidad rugosa y oscura que recuerda a un paisaje volcánico, la tercera isla, llamada Isla Pirófita, se caracteriza por su suave pendiente, que puede utilizarse indistintamente como escenario, platea o zona de descanso. Situada cerca de los accesos a las distintas bibliotecas, esta isla presenta dos areneros en forma de cráter separados por una colina. A lo largo de su superficie aparecen masas de especies pirófitas: algunas, como el cistus, entran en combustión espontánea ante condiciones extremas; otras, como el madroño o el aspartato, son incluso resistentes a la acción del fuego. Esta isla es un espacio para la exploración destinado a los niños, diferente a los juegos estandarizados que encontramos en las plazas del centro de Madrid.
Tres ensayos de paisaje por Lys Villalba y Lluís Alexandre Casanovas Blanco. Fotografía por Jose Hevia.
Tres ensayos de paisaje presenta una solución estructural novedosa que permite instalar jardines en espacios públicos que sean, a su vez, la cubierta de servicios como aparcamientos, locales comerciales o estaciones de metro. Hasta ahora, la presencia de niveles subterráneos debajo de plazas y calles ha limitado la presencia de árboles, arbustos y de grandes masas de vegetación, que exigen gruesos sustratos que acumulan agua y devienen con el tiempo más y más pesados. Para encontrar soluciones a este problema, hemos trabajado con ingenieros de suelo, quienes nos han ayudado a diseñar terrenos fértiles de poco grosor y peso, así como con calculistas de estructuras, quienes han pensado un sistema de repartición cargas de manera homogénea que hace el peso de la tierra apto a las calles-cubierta de nuestras ciudades. Aunque las islas aparecen como grandes topografías, estas se encuentran vacías por dentro, como si estuvieran perforadas por inmensas cuevas que aligeran su peso.
En definitiva, Tres ensayos de paisaje propone nuevas estrategias para abordar el futuro del espacio público y los paisajes que nos rodean adaptando los recursos disponibles a las constricciones que el cambio climático impone, imaginando paisajes resilientes a largo plazo y comunidades que crezcan al cobijo de estos nuevos espacios.