La cubierta, con las viguetas de hormigón vistas, funciona como un gran canalón capaz de devolver el agua de lluvia al suelo, mientras que los árboles, como fondo de este espacio destinado a las grandes reuniones, le permiten integrarse con el ecosistema natural.
Quincho Bialet por Balsa.Crosetto.Piazzi + Diego Avendaño. Fotografía por Marcos Guiponi.
Descripción del proyecto por Balsa.Crosetto.Piazzi
Quincho Bialet es un espacio creado para albergar el rito del asado.
La obra se ubica en la pequeña localidad de Bialet Massé, en un sitio emplazado entre el Lago San Roque y las Sierras Chicas.
El proyecto es concebido principalmente como una cubierta. Esta se apoya sobre dos muros en cuyo espesor se albergan los servicios -sanitarios y depósitos- que sirven al espacio principal del rito del asado. Este espacio central es el objetivo principal del proyecto: un espacio de jerarquía, central en el proyecto, liberado y desprogramado. Se trata básicamente de una suerte de refugio para el encuentro colectivo, para la preparación de comidas con fuego, y para compartir con otrxs. No hay equipamiento alguno; tampoco cerramientos. Tan solo unos asadores, concebidos como huecos en los muros.
Quincho Bialet por Balsa.Crosetto.Piazzi + Diego Avendaño. Fotografía por Marcos Guiponi.
El ladrillo de los muros y el suelo, así como las viguetas prefabricadas de concreto utilizadas en la cubierta son materiales comunes en la construcción local, populares, de bajo costo y cero mantenimiento. Construir con ellos en un sitio como Bialet Masse es para nosotros una decisión de sentido común, ya que se trata de operar con lo disponible, tanto en términos materiales como en relación al «know-how» de los albañiles que construyen la obra. En otras palabras, el Quincho busca emplear técnicas y materiales hiper contextuales, de una manera que acerque el proyecto a diálogos y formas más abstractas.
El interior de la cubierta queda «sin terminar», dejando la estructura de viguetas a la vista. La losa funciona como un gran canalón de hormigón que recibe y transporta el agua de lluvia de vuelta al terreno. Toda la instalación eléctrica es exterior, evitando así calar el ladrillo. El suelo y las paredes se realizan con ladrillos fabricados artesanalmente, provenientes de un cortadero próximo a la obra.
Los árboles son el fondo de este gran espacio que es el Quincho. El proyecto tiene el aura de un refugio; un espacio de encuentro con y dentro de la naturaleza del Monte de Córdoba.