La arquitectura exterior del edificio nos recuerda el carácter del barrio, a través del uso de tribunas, balcones o muros esgrafiados. El hormigón teñido y decapado imita y dialoga con la tradición del estuco esgrafiado de los edificios de la zona.
Edificio de viviendas en Calle Roger de Flor por Pich-Aguilera Arquitectes. Fotografía por Antonio Navarro Wijkmark.
Descripción del proyecto por Pich-Aguilera Arquitectes
El proyecto consiste en dos edificios de uso residencial en alquiler ubicados en un solar con forma en L y doble fachada a calles en el distrito de Gràcia. Estos edificios están proyectados con un total de 26 viviendas, 6 estudios y 2 locales. Los edificios se conectan a través de un sótano, creando un espacio comunitario en el interior de la manzana.
La arquitectura de los edificios busca evocar la historia y el carácter del barrio, utilizando elementos como tribunas, balcones, contraventanas y paramentos esgrafiados en una composición plana y discreta. Se utiliza hormigón tintado y decapado para construir la envolvente de manera industrial, imitando la tradición artesanal del estucado "esgrafiado".
En el interior, las plantas típo cuentan con dos viviendas y una oficina-despacho profesional en cada una. La cubierta alberga una zona de secado natural, una piscina comunitaria y las instalaciones del edificio. El núcleo de comunicaciones vertical tiene un ascensor con cabina de vidrio transparente para integrarse en el patio.
El diseño de los edificios se enfoca en la sostenibilidad, utilizando estrategias bioclimáticas como inercia térmica, orientación de aberturas, aislamiento y ventilación natural para reducir el consumo de energía convencional. Se promueve la ventilación cruzada y la iluminación natural en todas las unidades de vivienda. Además, se emplean componentes constructivos ensamblados y desmontables para fomentar la economía circular.