'Mi fotografía no apunta a lo fugaz, ni a la dramatización del momento, sino a la documentación de la duración, los momentos que se juntan en el flujo y se condensan en una imagen'.
Una cámara con un obturador permanentemente abierto, montada por el artista dentro del pabellón, grabó todo lo que ocurria a lo largo de un año completo. Durante el día y la noche, visitado por la gente y completamente vacío, con el sol incidiendo sobre él o nublado y mojado por la lluvia: el pabellón Mies van der Rohe de Barcelona fue fotografiado a lo largo de todo un año, sin interrupciones, por el artista alemán Michael Wesely (Múnich, 1963).
El resultado es una sola imagen fotográfica.
1:100 Pasado y Presente, Michael Wesely
Dr. Joachim Jäger, comisario
«La duración extrema de la exposición conduce a un cambio en la percepción.»
Michael Wesely
Con el título programático 1:100 se evoca la escala estándar de arquitectura. El artista alemán Michael Wesely plantea, como referencia temporal, la experiencia de un solo año en comparación con la duración incomparablemente más larga y apenas aprehensible de 100 años de la Bauhaus.
Desde septiembre de 2017 hasta septiembre de 2018, Michael Wesely creó una obra fotográfica en el Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe. Una cámara con un obturador permanentemente abierto, montada por el artista dentro del pabellón, grabó el acontecer de un año completo. El resultado es una única imagen fotográfica. Deja de ser reconocible todo lo que es móbil o pasajero, queda borrada toda espontaneidad. Lo único que se puede ver son la arquitectura, el parque, las trazas solares y poco rastro de movimientos humanos en el pabellón. La vista aparece mágicamente eclipsada por la luz, como fantasmalmente vacía: una vista del mundo exterior transformada en lo sobrenatural, en lo existencial.
Este otoño, se presentará una impresión a gran escala de esta fotografía exactamente en el mismo punto del pabellón donde estuvo colgada la cámara. De esta manera, la dirección de visualización de la cámara se entrelaza con la dirección de visualización de los visitantes que ven esta fotografía. La penetración del espacio exterior en el interior, un motivo central en la arquitectura de Mies van der Rohe, se resalta en la presentación de la obra. Porque a través de las paredes de vidrio, en la percepción de la fotografía, la vista exterior y la vista interior están nuevamente entrelazadas, y con ellas las capas de tiempo, de duración y presente, de «Pasado y presente».
Este trabajo in situ «1: 100» se ha convertido para el artista en el punto de partida para la contemplación del tiempo en el legendario pabellón de Mies van der Rohe. En una fotografía, que también se mostrará en el interior del pabellón, se hace referencia a un aspecto diametralmente diferente pero igualmente central del pabellón: el anclaje del icono arquitectónico occidental en el contexto global. Nuevamente, se trata de una foto de larga exposición, pero esta vez de menor duración. Gente esperando en el vestíbulo de una estación, que no se puede identificar con mayor precisión, sigue refiriendo a algo universal. En este caso la acción humana, incluso las personas en sí, son más reconocibles que en la imagen de un año de exposición.
Sin embargo, nuevamente la arquitectura estática de la simple sala predomina por encima de la fugacidad de la vida humana. La vista inevitablemente se traslada aquí a los objetos estáticos, en este caso también a los utensilios cotidianos, en los que se refleja una situación simple, no europea. El vacío, la nobleza del pabellón son situadas aquí por Michael Wesely en la imagen del tiempo de una sociedad globalizada. También en este caso se mostrará la fotografía como una gran ampliación espacial en el pabellón, con una fotografía del tamaño de la pared, bloqueando la vista del patio de la escultura. En la fotografía las personas de pie y esperando ser vistas se refieren formalmente a la imponente escultura de Kolbe en el patio. Al mismo tiempo, el aura clara y tranquila del pabellón queda especialmente realzada por la imagen de la vida cotidiana actual, caracterizada por una gran transitoriedad, movilidad e incertidumbre.
Otra obra fotográfica de gran formato se puede ver en el exterior del pabellón. Es el resultado de los años de implicación del artista con la estética del impresionismo y con uno de sus principales representantes, Claude Monet. Durante varios años realizó estudios y fotos de larga exposición en el Jardín de Nenúfares de Giverny, que el propio artista francés Claude Monet había creado para inspirar sus grandes pinturas de nenúfares. Michael Wesely hizo fotos de larga exposición de los estanques de nenúfares, que ahora se refieren a una doble realidad, a las condensaciones temporales de la naturaleza, así como a las condensaciones temporales en la pintura de Monet, que con sus imágenes impresionistas nos señaló por primera vez la relatividad del fenómeno visual.
En Barcelona, una versión de los estudios de Wesely sobre Monet se expondrá detrás de la piscina grande del pabellón, en la que hubo nenúfares cuando la inauguración en 1929. Mies van der Rohe eligió deliberadamente las formas orgánicas suaves de los nenúfares como contraste y complemento a su estricta arquitectura. La visión del impresionismo de Wesely combina la experiencia del espacio al aire libre no solo con la experiencia de la naturaleza, sino también con la del arte. En diálogo con una fotografía casi «pictórica», la arquitectura aparentemente real en sí misma aparece artísticamente transformada, individualmente determinada.
Los aspectos aparentemente tan estáticos y finales, aparentemente objetivos de la arquitectura de Mies, vistos a través de las gafas visuales de Michael Wesely, se muestran en definitiva, tan temporales, subjetivos y variables como nuestra existencia entera. Las tres obras de gran formato de Michael Wesely, «1: 100. Past and present», permiten ubicar de manera muy distinta el Pabellón. Las fotografías hacen posible experimentar diversas dimensiones del tiempo y de la cultura en el pabellón de una nueva manera, anclando el monumento de fama mundial no solo a los ciclos de vida y los procesos de la historia, sino también al modo de vida del presente.