Con la construcción de la fábrica Fagus, diseñada con Adolf Meyer, el proyecto constituye una de las piezas fundamentales de la arquitectura moderna temprana debido al uso innovador del muro cortina. Encargada por el propietario Carl Benscheidt que quería una estructura radical que expresara la ruptura con el pasado de la compañía, la fábrica se construyó entre 1911 y 1913, con añadidos e interiores completados por miembros de la Bauhaus hasta 1925.
Una fábrica y un pabellón de exposiciones cuyas paredes de cristal y torres de escaleras transparentes eran elegantes y adelantadas a su tiempo.
El diseño del edificio se orientó hacia la vía del tren. Benscheidt consideraba que la vista de los pasajeros de los trenes debía ser la que determinase la imagen del edificio y puso el acento en la fachada con esa orientación. Peter Behrens (con quienes Gropius y Meyer estuvieron trabajando un año antes de empezar en la fábrica Fágus) había señalado que los arquitectos debían considerar como la velocidad de los modernos medios de transporte afectaba a la percepción de la arquitectura. Gropius había comentado el tema en sus escritos. De acuerdo con la historiadora de arquitectura Annemarie Jaeggi estas cuestiones fueron importantes en el diseño de Fagus:
"La animada fluctuación en altura, el cambio entre la estructura horizontal y los ritmos verticales, los volúmenes pesados cerrados y la percepción de ladrillos ligeros disuelta, son indicadores de un enfoque en el que se utilizan deliberadamente los contrastes para llegar a una armonía de opuestos, creando una imagen visual del edificio desde las vías del ferrocarril".(1)
El edificio también es innovador en otros aspectos, ya que contradice el principio tradicional de reforzar las esquinas de un edificio (puesto en práctica ampliamente por arquitectos como Hans Friedrich Schinkel), haciendo que el edificio parezca más ligero. En su libro de 1937, “La nueva arquitectura y la Bauhaus”, Gropius escribió:
Fábrica de Fagus-Werk, Alfeld an der Leine, arquitectura: Walter Gropius y Adolf Meyer. Fotografía de Hans Wagner, 1911.
Gropius reduce el ritmo de los trabajos de su estudio entre 1914 y 1918 cuando es llamado a filas durante la Primera Guerra Mundial. Después de la Gran Guerra, es nombrado director de las Escuelas de Artes y Oficios y Bellas Artes en Weimar, siendo recomendado por el director saliente Henry Van de Velde. En esta época, el escritor Thomas Mann lo describió como "uno de los bienhechores del mundo" que exigían una transformación radical en la cultura.(3)
Entre sus ideas la búsqueda de una nueva estética significaba necesariamente la búsqueda de una nueva ética, y para hacer esto las artes y la arquitectura serían fundamentales en el proceso. En 1919 fusionó las dos escuelas existentes en Weimar y fundó la Staatliches Bauhaus, donde según Gropius, el regreso a la artesanía llevaría a la "nueva construcción del futuro". De esta manera, se distanciaría de su enfoque moderno anterior, cambiando hacia un enfoque basado en el trabajo artesanal. La nueva escuela pretendía "unir todas las disciplinas" formando "un nuevo gremio de artesanos".
El Manifiesto Bauhaus de 1919 comienza diciendo "¡El objetivo de toda actividad artística es la construcción!” (4), sin embargo inicialmente, la escuela carecía de un departamento de Arquitectura, un vacío que fue llenado por el propio estudio de Gropius. Uno de los primeros encargos llevadas a cabo por la escuela fue la Casa Sömmerfeld, construida para Adolf Sömmerfeld en 1920. La vivienda estaba claramente influenciada por el trabajo de Frank Lloyd Wright, después de que Gropius leyese la publicación de Wasmuth, una recopilación del trabajo de Wright publicado en Alemania en 1910. En la casa, el concepto "Gesamtkunstwerk" (obra de arte total) aplicado en la Bauhaus, se pone en práctica. El interior y los muebles serían diseñados y fabricados en los talleres de carpintería, metal, vidrio y tejido de la escuela.
Este enfoque en la artesanía comenzaría a cambiar en 1922 tras la participación de Gropius en el concurso para la sede del Chicago Tribune y el encargo de un edificio industrial y comercial en Alfeld an der Leine, donde Gropius era reputado tras la construcción de la fábrica Fagus. Ambos proyectos contribuirían a reavivar el debate en la Bauhaus de Weimar sobre los temas en que Gropius trabajaba antes de la guerra: racionalización y construcción industrial.(5) Esto significó un punto de inflexión en el plan de estudios de la escuela, surgiendo la idea de "Arte y tecnología: una nueva unidad".
En 1923, la Bauhaus organiza una exposición sobre arquitectura internacional después de que el gobierno de la ciudad exigiera ver el resultados del trabajo de la escuela. En él, su trabajo anterior no fue relegado ya que su opinión sobre el futuro de la arquitectura había cambiado claramente. Ahora giraba en torno a la noción de industrialización y racionalización y su papel en la producción artística. El fordismo y el taylorismo serían adoptados como una forma de adaptación a los requisitos técnicos y productivos de la época.
Las diferencias políticas con las autoridades locales de Weimar se volvieron insostenibles lo que provocó el traslado de la escuela a la ciudad industrial de Dessau, situada a 130 km al suroeste de Berlín, lo que terminaría significando una oportunidad para poner en práctica esta nueva filosofía.
El nuevo edificio de Dessau, diseñado por Gropius, cumpliría con las aspiraciones de la escuela y su comunidad con un esquema funcional y espacial específico, dando como resultado volúmenes combinados, cada uno con usos diferenciados. Gropius será el diseñador de una sede radical en Dessau, terminada en 1926.
En la inauguración del edificio, Walter Gropius dijo:
Es te cambio de ubicación fue un nuevo comienzo, impulsó la producción artística de la escuela y fortaleció a su comunidad.
Edificio Bauhaus Dessau desde el noroeste, arquitectura: Walter Gropius. Fotografía de Lucia Moholy, 1926.
No todo fue color de rosa. Poco después de la mudanza, Gropius se enfrentó a críticas de otros profesores y estudiantes. La construcción de las casas de los Maestros dio lugar a conflictos con Paul Klee y Wassily Kandinsky, ya que en lugar de que se redujera su costo debido a la producción en serie, las consideraciones formales las volvieron más caras y, por lo tanto, aumentaron su alquiler.(9)
En 1928, Gropius creyó que el siguiente paso para la Bauhaus debía ser "unirse a la vanguardia arquitectónica con la vanguardia social y política". Optó por apartarse de la dirección y dejar que el director de la sección de Arquitectura de la escuela creado tras el traslado a Dessau, Hannes Meyer, se hiciera cargo. Gropius pronto se arrepentiría de esto, llegando a pensar luego que Meyer comprometió el futuro de la escuela al incorporar sus propias creencias sociales, permitiendo que la política "desmembrara la escuela". En opinión de Gropius, bajo su dirección "la Bauhaus buscó una 'nueva forma de vida' y ese era su contenido social".(10)
Tras dejar la Bauhaus, Gropius trabajó como arquitecto, perito y organizador de exposiciones en Alemania (país que dejaría en 1934 por la presión de los nazis), Inglaterra y Estados Unidos, donde acaba estableciéndose permanentemente a partir de 1937 y hasta su muerte en 1969. Se establece en Cambridge Massachussets, donde obtiene una cátedra en la Harvard School of Design que ejercería hasta 1952.
Construye una casa para su familia en 1938, la que luego llegaría a conocerse como Gropius House, declarada Monumento Histórico Nacional en el año 2000. Esta casa junto a la de Marcel Breuer, quien siguió a Gropius a Cambridge, ayudarían a la divulgación de la arquitectura de la Bauhaus en la zona.
Se une en 1945 a The Architects Collaborative junto a otros 7 arquitectos, con los que trabajaría en edificios como el Pan-Am Building (hoy MetLife building) en Nueva York, El Harvard Graduate Center o John F. Kennedy Federal Building de Boston. Recibió la Medalla de Oro del Instituto Americano de Arquitectos en 1959.
El edificio Pan Am en Nueva York, diseñado por Gropius en los años sesenta. Fotografía de F Roy Kemp.
El espiritu de la Bauhaus también cruzaría el Atlantico con otra figura de la Bauhaus que emigró a Estados Unidos, László Moholy-Nagy, quien fundó la primera escuela de diseño industrial del país bajo el nombre The New Bauhaus (hoy IIT Institute of Design). El mismo Moholy-Nagy la dirigió desde su fundación hasta 1945, llevando el espíritu de la Bauhaus a Chicago. Un año más tarde Mies van der Rohe se haría cargo del área de arquitectura del Illinois Institute of Technology, constituyendo un importante núcleo Bauhaus en el ambiente académico del diseño y la arquitectura del país.
A finales del siglo XX, se llegó a comparar a Gropius con Mies van der Rohe y Le Corbusier. Su gran capacidad discursiva y dominio de la retórica, superaba cualquier otra de sus virtudes a la hora de trasmitir su pensamiento sobre arquitectura. En el libro Bauhaus, Martin Kieren escribió que lo que hizo sobresalir a Walter Gropius a lo largo de su vida fue "su extraordinaria capacidad para observar, elegir recursos y estilos para soluciones arquitectónicas entre tendencias apenas incipientes". (11)
La importancia de Walter Gropius para la Bauhaus fue fundamental, ya que tuvo la visión de crear una Hochschule für Gestaltung (Escuela de Diseño) a partir de las escuelas existentes de Artes y Oficios y Bellas Artes, dando forma al futuro de la educación en diseño. Además, creó una sociedad limitada para administrar los diseños y patentes de las escuelas, haciendo que su enfoque productivo fuese más profesional. Finalmente, cumplió con la frase de apertura del manifiesto Bauhaus "¡El objetivo final de todo arte es la construcción!" estableciendo una sección de Arquitectura en la escuela cuya producción ayudaría a marcar la pauta para la arquitectura moderna durante décadas. Así, cien años después de su creación, la Bauhaus continúa siendo referencia para artistas, diseñadores y arquitectos de todo el mundo.
NOTAS.-
(2) Walter Gropius. "The New Architecture and the Bauhaus”. London: Faber & Faber, 1935, pp: 22-23.
(3) Jeannine Fiedler, Peter Feierabend. BAUHAUS. Barcelona: Könemann, 1999, pág. 181.
(4) Ibidem (2), pág. 191.
(5) Ibidem (2), pág. 182.
(6) Josenia Hervas Y Heras. Las mujeres de la Bauhaus: de lo bidimensional al espacio total. Madrid: Diseño Editorial, 2015, pág. 99.
(7) Paul Linder, revista madrileña Arquitectura. Nº 95. Marzo de 1927. Ibidem (5), pág. 100.
(8) Fiona MacCarthy. Walter Gropius: Visionary Founder of the Bauhaus. Londres: Faber & Faber; Main edition, 2019.
(9) Ibidem (2), pág. 198.
(10) Ibidem (5), pp. 107-108.
(11) Ibidem (2), pág. 190.