La exposición en el Museo de Arquitectura TUM presenta su obra extremadamente diversa, con sede en Bangladesh, que abarca desde proyectos gubernamentales hasta viviendas. Su mezquita Bait Ur Rouf se distingue por su falta de iconografía de mezquita popular y su énfasis en estructuras calibradas de espacio y luz. Más allá de servir como lugar de culto, funciona igualmente como refugio para un vecindario denso en la periferia de Dhaka; por este edificio, Marina Tabassum ganó el prestigioso premio Aga Khan en 2016.
Igualmente destaca el Monumento y el Museo de la Independencia (también en Dhaka), junto con varias propuestas clave, así como su participación en varios proyectos para los 1,2 millones de refugiados rohingya. En respuesta a la terrible situación de los refugiados, Tabassum diseñó un sistema de casas modulares, móviles y de bajo costo hecho de material de origen local para comunidades sin tierras de bajos ingresos que enfrentan el aumento del nivel del mar, demostrando una vez más las opiniones de la arquitectura como un medio para estabilizar sociedad.
«Al haber nacido y crecido en la ciudad capital de Dhaka, mi conexión con los pueblos era escasa y distante entre sí. La belleza eterna de la tierra del delta se me reveló solo en la última década en varios proyectos en el delta del Ganges. Encontré mi "Desh" allí, a través de las interacciones y conexiones que sentí con la Bengala rural, el alma de la tierra del delta. Hay una sabiduría inherente incrustada en vivir en simbiosis con la naturaleza».
Marina Tabassum, en su discurso de aceptación de la Medalla Soane 2021.
Continua: «La búsqueda de mi propia identidad, mi "Desh", lo que había buscado desde mi infancia, parecía diluirse dentro de la cultura capitalista de altos vuelos. La icon-manía de los superricos y el estrellato de los arquitectos provocaron una crisis. Es en esos momentos de crisis cuando un arquitecto debe decidir si se entrega a la emoción fácil o elige un camino de resistencia».