Los elementos separadores entre los niveles articuladores del espacio están compuestos por un vidrio translúcido que permite el paso de la luz natural de manera tamizada y controlada, creando un interesante juego de luz y sombras, para conseguir una atmósfera de relajación donde la luz aporta salud y bienestar a los usuarios del espacio.
Descripción del proyecto por Lecoc Arquitectura y Andrés J. Cózar Lizandra
La primera vez que visitamos el local nos encontramos con un espacio oscuro, deshecho, sin forma ni función clara, un espacio totalmente abandonado a lo largo de los años en el que se percibía el implacable paso del tiempo, víctima de la dejadez.
Con sólo dos pequeñas aperturas de luz natural, una a través de la estrechísima fachada que posee el local y otra a través del patio interior, el proyecto tiene como objetivo recuperar la vida de ese espacio; transformarlo por completo dándole un nuevo uso y unos valores renovados, utilizando el poder transformador de la arquitectura.
Se proyecta un espacio de acceso exterior generoso para potenciar la relación interior-exterior con la plaza peatonal por la que tiene acceso el local. Con ello generamos un espacio semi público previo a la entrada a la Clínica, que promueve el intercambio social, favorece la accesibilidad y consigue aportar una mayor profundidad que contribuye a multiplicar el espacio y a potenciar la entrada de luz natural hacia el interior.
La búsqueda de la luz se convierte en el hilo conductor del proyecto, articulando los aspectos físicos, funcionales, espaciales y sensoriales del mismo. Se trabaja la entrada de luz desde el patio en tres niveles de iluminación: el primer nivel adosado al patio, contiene las piezas del programa donde la iluminación natural es directa. El siguiente nivel es el corredor principal que articula todo el espacio y lo divide en dos partes programáticas y funcionales. El tercer nivel alberga los espacios que necesitan de un mayor recogimiento y menor iluminación.
La atención al diseño de los dos elementos separadores entre los niveles articuladores del espacio ha sido primordial en el proyecto, tanto en los aspectos físicos y funcionales, como en los materiales y multisensoriales, para conseguir una atmósfera de relajación. Un ambiente casi monacal en el que el ejercicio arquitectónico de tamización de la luz aporta salud y bienestar a los usuarios del espacio.
A un lado del espacio de recorrido, un vidrio translúcido permite el paso de la luz natural de manera tamizada y controlada, creando un interesante juego de luces y sombras. Al otro lado, unos paneles de madera lacada que dan acceso, a través de puertas enrasadas, a los espacios más restringidos, aportan calidez y textura al espacio.
El cuidado por los detalles ricos en texturas y la manera de utilizar los diferentes materiales, es un elemento distinguido del proyecto. Materiales nobles como la madera, el vidrio y la cerámica se trabajan con delicadeza para conseguir la atmósfera tranquila, cuidada y limpia que transmite el espacio.
Inspirados por la estética de los espacios dedicados a la meditación, se responde a los requerimientos técnicos necesarios para llevar a cabo la actividad médica, con un programa clínico de complejidad ambulatoria.
El proyecto cuida el detalle con rigurosidad, empleando pocos materiales ricos en textura y con la luz como material principal, el hilo conductor del proyecto.