Los Global Architecture Graduate Awards tratan de identificar proyectos con una posición crítica que suponga un avance en el papel de la arquitectura en un mundo cada vez más globalizado que todavía está desestructurado. La ganadora Haiwei Xie propone B.R.I.C. House, este título combina la imagen tradicional inglesa de lo doméstico con el acrónimo de las naciones emergentes económicamente (Brasil, Rusia, India y China).
El proyecto se centra en el barrio más rico de Londres, Chelsea; concretamente en el escándalo causado por el proyecto de Chelsea Barracks, unos apartamentos de lujo de escala completamente diferente a su entorno. Para esta zona el debate sobre el tipo de desarrollo se ajustaría a la zona estaba por lo general polarizado entre los "modernistas" y los "tradicionalistas". Haiwei Xie propone una nueva solución que pueda satisfacer ambos bandos, con su progresivo aumento de densidad combinado con su morfología urbana; el único punto de conflicto para los tradicionalistas podría ser que las formas urbanas son de importación extranjera.
"La intención es crear un complejo de viviendas de alta calidad pero de bajo precio, y de alta densidad pero de poca altura dirigido a una sociedad diversa y multicultural"
La arquitectura se conforma para los grupos emergentes de familias monoparentales, personas solteras e inmigrantes, y en consecuencia se prioriza el espacio público sobre la propiedad privada. Todo excepto las habitaciones personales es compartido, Xie desarrolla lo que ella llama "salones públicos", utilizando patrones de desarrollo prestados de las cuatro naciones B.R.I.C.
El proyecto se posiciona de manera convincente, no sólo en el panorama político y económico mundial, sino también, arquitectónicamente, con una propuesta en uno de los lugares más controvertidos de Londres. La destreza y virtuosismo de la presentación de elementos reconocibles de muchos lugares diferentes con el fin de hacer algo nuevo y distinto une perfectamente la retórica visual de Xie con su intención intelectual. También es, en su más o menos feliz colisión de culturas, una metáfora perfecta de cómo la historia de Londres está evolucionando, y un pequeño resumen de la historia del siglo XXI: "el este se encuentra con el oeste".
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