La propuesta de Ramón Esteve empleará una arquitectura de carácter mediterráneo, jugando con los arcos y sus proporciones, y aportando dinamismo y plasticidad a la fachada.
Los pórticos perimetrales de la vivienda proyectan el programa interior hacia el exterior, permitiendo que el paisaje se integre en los espacios diurnos y creando una fluidez espacial donde el mar es el protagonista. Dada su ubicación, la Casa Riurau se ha planteado como un refugio mediterráneo donde admirar y disfrutar del mar y su paisaje.
Gracias a la colorimetría del interior, se producirá un diálogo entre el paisaje y los materiales. Los elementos interiores, como las maderas claras o los tonos blancos y neutros, generan una atmósfera cálida que contrasta con la serenidad de los elementos exteriores.
Visualización. Casa Riurau por Ramón Esteve.
Descripción del proyecto por Ramón Esteve
La Casa Riurau se ubica en una colina de un bosque mediterráneo, en una parcela que se eleva sobre el mar, con el horizonte como telón de fondo. Se trata de una pequeña vivienda escalonada que adapta su volumetría al desnivel existente para evitar grandes modificaciones del terreno original.
El proyecto supone un ejercicio de conceptualización y abstracción del riurau originario de la Marina Alta, un sistema constructivo tradicional basado en la consecución de arcos abiertos que permite la circulación del aire y protegen del sol y la lluvia.
Diseño escultórico y esencia mediterránea
El resultado es una pieza poética y escultórica que genera una atmósfera onírica y atemporal gracias a la repetición de una secuencia de arcos que juegan con sus proporciones, tanto en horizontal como en vertical. El contraste positivo-negativo de los arcos aporta plasticidad y dinamismo a la fachada. El proyecto combina una arquitectura de marcado carácter mediterráneo con el cuidado por el detalle y la sofisticación del interior.
Diálogo entre materiales y paisaje
La vivienda expande sus proporciones mediante la disposición de pórticos perimetrales, los cuales proyectan el programa interior en el exterior. La fluidez espacial en las estancias de día permite que el mar se integre en la vivienda, convirtiéndose en su principal protagonista.
Se produce un diálogo entre materiales y paisaje gracias a la luminosidad de la paleta escogida. La austeridad de los elementos exteriores contrasta con la riqueza de los interiores, donde predominan las maderas claras, los tonos neutros y el blanco, generando una atmósfera de serenidad y calidez. Se añaden unas salpicaduras en tonalidades más oscuras que aportan sobriedad y elegancia, a través del uso de la madera de roble caramelo, metales en color champagne cepillado y vidrios ahumados en una sutil tonalidad dorada.
Un refugio mediterráneo
La Casa Riurau se concibe como un refugio donde admirar y disfrutar del Mediterráneo.