Con una actitud algo más abatida, pero con la misma energía en su discurso por el que ha sido conocido como crítico de arquitectura contemporánea, fue presentada la conferencia que os anunciamos aquí el pasado día 30 de mayo en el CaixaForum de Madrid.

Posteriormente se ha publicado esta entrevista en el periódico El País, realizada por Anatxu Zabalbeascoa. Aquí os la dejamos, dice cosas interesantes:

Kenneth Frampton (Woking, Reino Unido, 1930) sólo ha construido un edificio de viviendas de alquiler en Londres y otro de vivienda social en Estados Unidos. “Supongo que me di cuenta de que podía contribuir más al mundo escribiendo y enseñando arquitectura que tratando de construirla”, explica en Madrid, invitado por la Asociación de Becarios de La Caixa.

Y tiene sentido. Su libro Una historia crítica de la arquitectura moderna (Gustavo Gili) es la Biblia de los estudiantes de esta disciplina. Desde que lo escribiera en 1980 -vive en EE UU, adonde emigró en 1966 para dar clase en las Universidades de Princeton y Columbia- lo ha revisado tres veces. La primera añadió su famoso regionalismo crítico, que refleja cómo el genius loci marca los edificios (1985); en la segunda indagó en las arquitecturas fragmentadas de la deconstrucción (1992) y en la última explicó los efectos de la globalización, el fenómeno de los arquitectos estrella y, también, la sostenibilidad (2007).

Frampton asegura que no trabaja en una cuarta revisión, pero considera que el impacto de la crisis será notable.

¿Se resentirá también la arquitectura del espectáculo o simplemente se mudará a otro lugar?“ La manhattanización del mundo continuará en países emergentes como China y Rusia: la arquitectura especulativa mueve dinero, y eso asegura que la proliferación de rascacielos no se detendrá”, sostiene. De los últimos años considera que lo peor ha sido “tratar la arquitectura como arte, como esculturas gigantescas; eso reduce la arquitectura a la fachada de los edificios”. Pero ve positiva la atención prestada en los medios. “Hemos conocido obras levantadas con medios escasos como la de Francis Kéré en África”.

¿Pueden imponerse otros valores para repensar la arquitectura y el urbanismo? Con tantos arquitectos recién licenciados en paro, ¿romperá la realidad social la tradicional endogamia de la arquitectura? Frampton admite que su profesión es hoy más precaria que nunca, aunque señala que aquí el caso se ha agravado: “Tras la muerte de Franco España vivió una edad de oro de la arquitectura, con muchos edificios públicos. Pocos países podían igualar la diversidad y la calidad de lo construido aquí, pero todo se acaba”.

Hoy, la gran foto de la arquitectura mundial habla de ejemplos refinados conviviendo con la barbarie: “El 80% de lo que se construye es mediocre y está mal hecho”. ¿Qué no funciona en una profesión en la que muchos grandes nombres llevan dos contabilidades: la de la arquitectura que se publica y la que no debe ser publicada? “La dedicación exhaustiva es poco rentable. Los edificios en los que se repite una planta son la mejor fuente de ingresos. Pero no todos los grandes hacen eso. Los portugueses no: ni Álvaro Siza ni Souto de Moura”, aclara. Como ellos, Frampton es un gran defensor del Movimiento Moderno. “Fue el primer movimiento global: los objetivos lo eran y el resultado también. Era progresista y cambió la faz de la tierra. El legado sigue vivo y con potencial, ha demostrado saber absorber nuevas tecnologías y poder trabajar con poco”. Recuerda que la influencia del Renacimiento se extendió hasta el siglo XIX, y piensa que la de la modernidad podría también perdurar siglos.

"Tras morir Franco, España vivió una edad de oro de la arquitectura"

"El crecimiento sin límites no hace ciudades. Es reflejo del consumismo"

El Renacimiento no llegó a África y el Movimiento Moderno, sí. Por eso a Frampton le parece fundamental el regionalismo crítico: cómo las culturas modifican una idea que permite la reelaboración al contacto con las tradiciones. Hoy el profesor reconoce que la lectura de los historiadores ha sido “imperialista y eurocéntrica”, y que la otra mitad del mundo -África, el sureste asiático y la Sudamérica que queda más allá de Barragán o Niemeyer- podría ser un modelo en esta época de crisis.

Frampton ejerció la crítica desde sus libros o desde las aulas: -”Nadie me pidió que escribiera para un periódico”- y hoy considera que entre los grandes maestros modernos como Le Corbusier, Mies van der Rohe o Frank Lloyd Wright, el finlandés Alvar Aalto es el que más vivo ha sabido mantenerse. “Su herencia es la más rica. No solo por su actitud hacia el paisaje, también por adelantar la preocupación por la sostenibilidad y el respeto por lo local”. Ve en el traslado de Mies van der Rohe a América la mayor contribución estadounidense a la arquitectura moderna: “La manera elegante y minimalista de levantar edificios con estructura metálica y fachadas de vidrio cambió la faz de las ciudades. Se convirtió en sinónimo de urbano y se exportó por todo el mundo”. ¿Ha habido también una contribución española? Kenneth Frampton ha escrito que en el mundo hay cuatro países con una alta cultura arquitectónica: Japón, España, Francia y Finlandia. “No se trata de que exista una figura aislada, sino un elevado número de arquitectos levantando edificios de gran calidad. Eso es cultura arquitectónica. España lo consiguió gracias a los Gobiernos de la Transición y a la clase media”, sostiene. Hoy no sabría juzgar. Hacía 50 años que no visitaba Madrid. Y se declara “incapaz de entender los límites de la ciudad”. “El crecimiento sin límites no hace ciudades. Es un reflejo del consumismo”, sostiene. “El automóvil es el invento más apocalíptico de todos los tiempos. Más aún que la bomba atómica, porque está por todo el mundo y no tiene vuelta atrás. El automóvil está tan integrado en el funcionamiento de nuestra economía que no podremos prescindir de él. Aunque caminemos”.

Read more
Read less

More information

Kenneth Frampton (1930) studied architecture at Guildford School of Art and the Architectural Association School of Architecture, London. Subsequently he worked in Israel, with Middlesex County Council and Douglas Stephen and Partners (1961–66), during which time he was also a visiting tutor at the Royal College of Art (1961–64), tutor at the Architectural Association (1961–63) and Technical Editor of the journal Architectural Design (AD) (1962–65).

Frampton has also taught at Princeton University (1966–71) and the Bartlett School of Architecture, London, (1980). He has been a member of the faculty at Graduate School of Architecture and Planning of Columbia University since 1972, and that same year he became a fellow of the Institute for Architecture and Urban Studies in New York -- (whose members also included Peter Eisenman, Manfredo Tafuri and Rem Koolhaas) -- and a co-founding editor of its magazine Oppositions.

Frampton is a permanent resident of the USA.

Frampton is well known for his writing on twentieth-century architecture. His books include Modern Architecture: A Critical History (1980; revised 1985, 1992 and 2007) and Studies in Tectonic Culture (1995). Frampton achieved great prominence (and influence) in architectural education with his essay "Towards a Critical Regionalism" (1983) — though the term had already been coined by Alexander Tzonis and Liane Lefaivre. Also, Frampton's essay was included in a book The Anti-Aesthetic. Essays on Postmodern Culture, edited by Hal Foster, though Frampton is critical of postmodernism. Frampton's own position attempts to defend a version of modernism that looks to either critical regionalism or a 'momentary' understanding of the autonomy of architectural practice in terms of its own concerns with form and tectonics which cannot be reduced to economics (whilst conversely retaining a Leftist viewpoint regarding the social responsibility of architecture).

In 2002 a collection of Frampton's writings over a period of 35 years was collated and published under the title Labour, Work and Architecture.

Read more
Published on: June 9, 2011
Cite: "Kenneth Frampton: "El coche es un invento más apocalíptico que la bomba atómica"" METALOCUS. Accessed
<http://www.metalocus.es/en/news/kenneth-frampton-el-coche-es-un-invento-mas-apocaliptico-que-la-bomba-atomica> ISSN 1139-6415
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...
Loading content ...