El complejo para las Termas de Vals, se sitúa en un valle sobre las únicas fuentes termales del cantón suizo de Los Grisones, Graubunden Canton, Suiza, entre montañas de formaciones rocosas y prados alpinos. Inspirado por este ambiente natural, Zumthor decide crear un complejo con una estructura en forma de cueva o cantera integrada, al estar situado debajo de una cubierta vegetal semi enterrada en la ladera.
Para lograr el diseño, Las termas se construyen a partir de la colocación de losas de la cantera local de Valser Quarzite una encima de la otra, siendo evidente la inspiración de esta piedra para desarrollar el diseño, usándola con un gran respeto y dignidad.
Uno de los elementos principales con los que Zumthor diseño este proyecto fue la luz y sus combinaciones. A través de la luz y la sombra, los espacios cerrados y abiertos, se crean ambientes en los cuales los visitantes disfrutan y redescubren los beneficios de las aguas. Esto se logra a partir de unas estrechas rendijas que cortan la red de luces del techo de los baños que muestran a los bañistas una extensión de las salas de al lado, dando la sensación de espacio continuo.
El edificio va a contar con 15 espacios dispuestos en cuadrícula y con una altura total de 5 metros. Para conectar estos ambientes, se lleva a cabo un diseño informal subyacente a través de un camino que conduce a los bañistas a puntos determinados, para que a partir de ahí, luego ellos ya prosigan. En todos estos recorridos la perspectiva siempre esta controlada permitiendo o eliminando vistas.
A parte del recorrido interior se diseña una circulación exterior en el “meandro”, el espacio negativo diseñado entre los bloques que conecta todo el edificio y fluye a través de él. Este recorrido se caracteriza por ser una procesión de estímulos sensoriales atemporales, con una serie de vistas permitidas o bloqueadas de forma premeditada. Al estar situado en el flanco del valle, desde el edificio los visitantes pueden observar un idílico paisaje al exterior o a través de las grandes cristaleras y las hileras de ventana pequeñas.
El diseño de los baños tiene la intención de dar la sensación de ser una especie de cueva o cantera existente antes que el hotel. A través de la construcción de la cubierta ajardinada del complejo, se crea el aspecto de los cimientos de un sitio arqueológico medio enterrado en la ladera. El empleo de lajas de cuarcita locales como el material principal de las paredes, y su colocación de forma apilada, hace alusión a la geología natural.
El complejo consta de entre otras estancias de piscinas tanto interiores como exteriores, bebedero de piedra, agua de manantial ferroso, diversos baños, salas de masaje y de relajación. Las estancias tienen en los techos finas ventanas haciendo referencia a las lajas de piedra y que delinean la forma exterior como una cueva interior. Estas entradas de luz crean un fuerte contraste que enfatiza la naturaleza lineal de los materiales que se emplean en la construcción, y las largas lineas horizontales permiten enfatizar el pacífico horizonte del agua.
La estructura del proyecto se forma a partir de soportes de carga formados por muros sólidos de hormigón y finas losas de gneis de Vals, piedra de la cantera local de Quarzite Valser. El volumen está diseñado descansando parcialmente dentro de la ladera, como si fuera una piedra de la naturaleza. Debido a la naturaleza monolítica de las casas de baños, el edificio se calienta por la masa térmica.
Zumthor tenía ideado ahuecar bloques gigantes de piedra para los baños termales, pero debido a las dificultades técnicas, finalmente para crear el efecto monolítico, recurrió a una especie de “piedra textil”. Esto le permitió diseñar un modelo para las articulaciones que permitía unir las piedras en una pared de manera homogénea. El patrón que se siguió se basa en unas capas delgadas de piedra que parecen estar colocadas al azar, pero que siguen un orden regular. Es así como con tres alturas diferentes 31, 47 y 63 mm, recorren las instalaciones de los baños de arriba a abajo.