Lo primero que cabe advertir es que «The Dark Line», a pesar de representar un salto cuantitativo respecto a la labor que vienen desarrollando Michèle & Miquel desde sus inicios, mantiene el carácter y el registro con el que suelen trabajar, superando con éxito las dificultades que, de entrada, la ubicación y el cambio de escala podrían haberles supuesto.
El Parque en Cap Roig por Michèle & Miquel. Fotografía por Imma Jansana.
Escriben los autores, en la memoria del proyecto, que ha sido necesario realizar obras importantes para permitir la apertura al público de la vía que une Mudan con Sandaoling, atravesando un túnel y salvando desniveles importantes. Pero matizan que, aun así, han intervenido sobre el terreno «sin tocarlo» y «sin cortar ningún árbol» y añaden: «escondiendo los esfuerzos del proyecto para dejar que el paisaje hablara por sí mismo».
Esta voluntad de superar los problemas del lugar sin apenas tocarlo y sin mostrar el esfuerzo que eso conlleva es, desde siempre una de las características principales de su manera de hacer y se evidencia en la estilizada sección transversal, ya ensayada en el proyecto de Les Gorges du Mondony, en Francia, donde muestran una gran habilidad para priorizar el confort del camino, dejando en segundo plano la dificultad de su construcción.
Plaza de la abadía en Mas d'Agenais por Michèle & Miquel. Fotografía por Vincent Boutin.
La sistematización de recursos frente a la disparidad de situaciones, que queda explícita en la axonometría que acompaña las imágenes, es otro de sus mecanismos habituales que, en este caso, se resuelve hábilmente mediante el uso, como único material visible, de barras de acero corrugadas y un inteligente desarrollo geométrico, ya comprobado en otros proyectos como el de Centre Bourg en Mas d’Agenais.
Para Michèle & Miquel es evidente la imposibilidad de aislar la obra de su entorno y la intervención de lo preexistente. Y aun así es característica la distancia intelectual que adoptan entre lugar y proyecto, evidenciando la pertenencia de ambos a mundos distintos, el uno ligado al ámbito de la realidad y el otro al de las ideas.
El Recinto Ferial en Treffort por Michèle & Miquel. Cortesía de Michèle & Miquel.
En ese contexto, la clave de su trabajo reside en la búsqueda de los elementos que permitan acercar ambos mundos y cohesionarlos de manera eficiente. Por eso la idoneidad en el uso del material y de la geometría apropiada, es la clave que permite que el proyecto adquiera la fuerza necesaria para convertirse en el protagonista del relato. De esta manera la belleza del resultado procede tanto de la lógica y el respeto al lugar, cuanto de la coherencia e idoneidad de la solución adoptada.
Para Michèle & Miquel, no tocar el lugar es la mejor manera de entenderlo.