Su constitución en planta cuadrada le confiere a la vivienda una estructuración a partir de una forma en cruz, la misma que acoge las comunicaciones verticales y horizontales. Con este gesto, las habitaciones se repliegan en los cuatro cuadrantes en las esquinas respectivas, dotándolas así de mayor privacidad e intimidad.
La cuidada escala y su delicada ejecución se materializa con ladrillo artesanal de color arena, rejuntado con mortero de cal, rematando y materializando los elementos más cercanos, vierteaguas, cornisas y otros remates, con piedra berroqueña de la Sierra de Madrid. En el interior, el acabado de los paramentos verticales se realiza con jabelga y paneles de madera de roble, y los pavimentos con materiales continuos en color arena, generando una interesante continuidad en la lectura tonal del conjunto.
Descripción del proyecto por Tuñón y Albornoz Arquitectos
La casa de ladrillo se construye en una parcela que está cualificada por un conjunto de altos pinos, que se encuentran situados en su esquina nordeste, y por la silenciosa cercanía del Monte del Pardo, en su cara norte.
El conjunto se organiza a partir de la construcción de tres volúmenes independientes: el volumen cúbico de la vivienda, un bloque lineal destinado a aparcamiento cubierto, en cuya cubierta se sitúa un mirador sobre el Pardo, y un pequeño cenador que se cubre con una pérgola.
Los tres volúmenes estructuran los espacios ajardinados en cuatro bandas diferenciadas: la banda del acceso, con la enigmática presencia de los altos pinos, un patio ajardinado situado entre la vivienda y el mirador, que habilita el acceso a la vivienda, una ámplia pradera con la pérgola al fondo, que está profusamente rodeada de arbolado, y el área de la piscina situada en un nivel inferior del jardín, con el objetivo de garantizar la intimidad de los bañistas.
El volumen cúbico de la vivienda, organizado con un sistema de tres grandes huecos por planta, se despliega en tres niveles: La planta primera que acoge los dormitorios de la familia, la planta baja en la que se sitúan las zonas comunes, y la planta sótano que, con un ámplio patio inglés arbolado, acoge las dependencias auxiliares. La planta cuadrada de la vivienda se estructura a partir de una forma en cruz, que acoge las comunicaciones verticales y horizontales, mientras las habitaciones se ubican en los cuatro cuadrados de las esquinas.
Los paramentos exteriores se construyen de ladrillo artesanal de color arena, rejuntado con mortero de cal, mientras que los vierteaguas, cornisas y otros remates, se materializan con piedra berroqueña de la Sierra de Madrid. Por ultimo, los acabados de los paramentos interiores se realizan con jabelga y paneles de madera de roble, y los pavimentos contínuos color arena están realizados con cemento blanco y arena local.