La exposición se centra especialmente en desvelar su relación con lo visible y lo invisible, su forma de hacer inteligible lo indecible a través del trazo del cuerpo, y su relación con la naturaleza. No pretende ser una muestra retrospectiva, sino más bien celebrar la relevancia de un trabajo contemporáneo tan político y vibrante. Se organiza a través de ocho secciones, enlazando obras icónicas de la artista con otras piezas inéditas: sus delicados dibujos sobre papel amate, una selección de pinturas abordadas entre 1969 y 1971, la recreación de una instalación realizada en 1978 y un conjunto de fotografías descubiertas en 2022.
Ana Mendieta fue una artista cubana que desarrolló una obra multidisciplinar, en áreas como el vídeo, la escultura o la fotografía. Entre sus temas más relevantes se encuentra la corporalidad, los estereotipos y la canalización de todo ello a través de la naturaleza.
Nació en La Habana en 1948, aunque a los 12 años se exilió junto a su hermana a Estados Unidos en el marco de la Operación Peter Pan (una maniobra coordinada por el Gobierno de EEUU, la Iglesia católica y los cubanos exiliados, para llevar a más de 14.000 niños de Cuba al país norteamericano).
Sin título (Autoretrato). Ana Mendieta.
Ana Mendieta fue una artista cubana que desarrolló una obra multidisciplinar, en áreas como el vídeo, la escultura o la fotografía. Entre sus temas más relevantes se encuentra la corporalidad, los estereotipos y la canalización de todo ello a través de la naturaleza.
Nació en La Habana en 1948, aunque a los 12 años se exilió junto a su hermana a Estados Unidos en el marco de la Operación Peter Pan (una maniobra coordinada por el Gobierno de EEUU, la Iglesia católica y los cubanos exiliados, para llevar a más de 14.000 niños de Cuba al país norteamericano).
Sin título (Autoretrato). Ana Mendieta.
La formación académica y artística de Mendieta comenzó y se desarrolló en la universidad de Iowa, comenzando su trabajo en el marco del expresionismo, aunque pronto cambiaron tanto su forma de trabajar como sus intereses.
Mendieta ingresó en el Intermedia Program and Center for New Performing Arts, donde comenzó a practicar la perfomance y el body art, para el cual utilizará su cuerpo como medio y canal para hacer arte. Fue una de las artistas que más promovió estas modalidades junto al land art, arte en la tierra o naturaleza.
En la década de los 70 comenzaron a fortalecerse los movimientos feministas surgidos durante las primeras revoluciones de los años 60. Esto tuvo gran influencia en el trabajo de la artista, quien estaba muy sensibilizada y comprometida con los problemas sociales de su alrededor, en especial, con aquellos relativos a la marginalidad y la otredad.
Según el investigador Alejandro del Valle-Cordero, el proyecto artístico de Mendieta era único, permeado por una necesidad de «hacer arte a la manera de los primitivos». Y es que el arte de la cubana no pretendía desarrollar una capacidad mimética de las imágenes, sino producir estas de una forma más real, asumiendo una función transformadora con elementos que la propia artista definió como «mágicos» y «espirituales».
Sin título (Nicho de cuilapán). Fotografía por Ana Mendieta.
En este sentido, Mendieta consideraba que la omnipresencia de lo femenino y su vinculación con la naturaleza era algo que se había plasmado en las prácticas artísticas de las culturas indígenas y europeas del pasado.
Así pues, ella misma manifiesta su deseo de trabajar desde el margen y la periferia, que contribuye a la creación de una identidad que le perteneciera y comprendiera dos culturas en ese momento muy dispares: la estadounidense y la cubana.
La corporalidad de su obra refleja el rechazo y sufrimiento causado por el racismo, la política, la violencia, pero también el exilio. Este último fue un punto clave en su vida personal que se verá proyectado en su obra, ya que fue arrancada de sus raíces, de sus padres, para llevarla a un país con un marcado carácter racista en esa época.
Algunas de sus obras más significativas fueron realizadas en 1972, cuando llevó a cabo la serie Glass on body. Se trata de una perfomance donde presiona diferentes partes de su cuerpo contra un cristal, con ello pretendía simbolizar el sistema ideológico que genera una suerte de dominio corporal. Con ello, además, contribuye a la desmitificación del cuerpo femenino cuya única finalidad es la sensualidad y el erotismo.
Sin título (Serie siluetas). Fotografía por Ana Mendieta.
En el mismo año desarrolla una serie fotográfica denominada Trasplante del vello facial, producto de la tesis realizada para el máster de pintura que cursó. En ella, se puede ver cómo Mendieta registra el proceso de cortarle el bigote y la barba a un amigo para colocárselos en su cara.
Un año más tarde, en 1973, comenzará con la serie Silueta focalizada en registrar las huellas de cuerpos en distintos paisajes, muchas veces haciendo desaparecer la propia corporalidad y mostrando un carácter indisociable entre cuerpo y naturaleza.
Pretendía reafirmar sus lazos con la tierra correspondientes a:
«la reactivación de creencias primordiales en una fuerza femenina omnipresente, la imagen posterior de estar abarcada al interior del útero es una manifestación de mi sed de ser».
Ana Mendieta.
Sin título. Fotografía por Ana Mendieta.
En su trabajo fotográfico destaca el uso que hacía del filme Super 8, convirtiendo las imágenes en una especie de performatividad. No se utilizaba como un mero registro, sino que servían para reflejar las formas posibles de existencias de las imágenes, que remiten a un acto originario efímero.
Ella establece diferentes niveles en sus obras:
«Han existido en el nivel de estar en la naturaleza y eventualmente ser erosionadas. Pero evidentemente, cuando son mostradas a alguien en forma de fotografías, es lo que es: una fotografía de un objeto, ¿verdad?».
Ana Mendieta.
En 1979 presentó una exposición individual de sus fotografías en el A.I.R. Gallery de Nueva York. El Nuevo Museo de Arte Contemporáneo en Nueva York exhibió la primera obra de Mendieta en 1987.
En 1981, el Salón Nacional de Pequeño Formato, Salón Lalo Carrasco, le otorgó un premio por su serie de esculturas rupestres.
Persona flor (Cuerpo flor). Fotografía por Ana Mendieta.
Su carrera fue muy intensa, destinada a la disolución de identidades sexuales, étnicas y culturales. Pero también fue corta, ya que se vio truncada a los 36 años cuando cayó por una la ventana del apartamento donde convivía con su marido.
Desde su muerte, Ana ha sido reconocida internacionalmente con exposiciones retrospectivas de museo como «Ana Mendieta», en el Instituto de Arte de Chicago (2011); «Ana Mendieta en contexto: trabajo público y privado», de La Cruz Colección, Miami-Dade (2012). En 2004 en Washington DC, organizó «Earth Body, escultura y performance», una gran retrospectiva que viajó al Museo Whitney de Arte Americano de Nueva York, Des Moines Art Center de Iowa, y Museo de Arte de Florida (2004).