La contundente decisión estructural es uno de los aspectos singulares del edificio, capaz de expresar mucho con muy pocos elementos, haciéndolo mediante un proceso moderno. El edificio se presenta levantándose generosamente y siguiendo un triple módulo estructural. Se desarrolla siguiendo una retícula que lo organiza espacialmente, para terminar como un "clásico moderno" con una terraza sobre la ciudad.
El proyecto conjuga por un lado un gran volumen sobre la Avenida Figueroa Alcorta, con su retícula de imponentes columnas y capiteles, y por otro los galpones con su serie de pórticos y ménsulas.
En el interior son relevantes tanto su organización modular como la calidad espacial de la escalera. La modulación y la prefabricación como herramientas del proyecto son especialmente relevantes en un contexto incipiente y prometedor.
Descripción del proyecto por Josep Ferrando
La propuesta para el nuevo edificio de la Universidad Torcuato Di Tella se presenta como una organización rigurosamente abierta que integra la diversidad del campus en un único sistema espacial y estructural.
El predio contiene particulares ritmos y secuencias: por un lado, el gran volumen sobre la Avenida Figueroa Alcorta con su retícula de imponentes columnas y capiteles; por otro, los galpones con su serie de pórticos y ménsulas. La propuesta conjuga ambos órdenes proponiendo una modularidad integrada en el claustro de su emplazamiento.
La tectónica se convierte en la matriz de base para la expresividad austera pero multifacética del edificio. En sentido ascendente, presenta una organización tripartita, en la que cada parte suma una planta a la anterior, al tiempo que el número de apoyos estructurales se triplica y se duplica, sucesivamente, en respuesta a las necesidades espaciales de los usos requeridos en cada nivel, y otorgando una creciente esbeltez al conjunto.
El edificio se aligera a medida que se aproxima al suelo potenciando la transparencia en el sentido transversal entre el patio y la calle, y se solidifica a medida que va despegándose en correspondencia con la organización longitudinal de los interiores.
En favor de un doble propósito de especificidad y versatilidad espacial, la estructura acompaña las tendencias del programa sin volverse prescriptivamente funcionalista, y, junto a las instalaciones, ocupa el perímetro del edificio liberando la planta, pero modulándola e influyendo sobre su escala de repetición. Se establece una relación complementaria entre ellas: mientras que la estructura va perdiendo dimensión por la reducción de cargas soportadas al ascender, las instalaciones pierden dimensión por la reducción de sus conductos a medida que se desciende. La envolvente presenta, de este modo, un espesor que otorga a la vez racionalidad general y abertura en el tiempo.
La tensa serenidad organizativa que resulta de embeber y hacer corresponder ritmos disímiles, desde la totalidad del campus hasta la definición de los interiores, caracteriza al tiempo que confiere al nuevo edificio de capacidad integradora del campus del que forma parte.