Esa repetición geométrica de los muros de carga consecutivos y divididos da como resultado un espacio único. Entre la estructura, el sofá, la bañera, el dormitorio y la ducha, así como el vestidor, encuentran su propio lugar en una alfombra de color verde mullido.
Descripción del proyecto por P-M-A-A
Ubicado en la última planta de un edificio plurifamiliar del Raval de Barcelona, se accede por el centro a una planta estrangulada por un patio que divide la vivienda en dos espacios separados. El primero, una habitación volcada a la calle; el segundo, un espacio cuatro veces mayor dividido por una serie de muros paralelos fruto de una rehabilitación estructural.
La fachada posterior porticada sirve para dotar de una estructura lógica al proyecto. La repetición de esta geometría en los muros de carga consecutivos y divisorios da como resultado un espacio único que conserva mentalmente los límites originales. Entorno a la estructura, los usos desbordan los límites físicos, en algunos casos rodeándola y en otros tropezando. El sofá, la bañera, la habitación, la ducha y el vestidor encuentran su sitio sobre un mullido tapiz verde.
Un volumen de espejo articula las dos zonas. El espejo convierte en infinita la intimidad del baño; el baño se convierte en íntimo en la infinidad del reflejo.
La habitación volcada a la calle se transforma a través de una mesa en el espacio público de la casa. Los elementos móviles permiten que cocinar, comer, estar y recibir tengan sitio alrededor de esta.
Las obras comenzaron en 2015; dos años permitieron un proceso de ensayo/error a la vez que artesanal y patoso.