Incluso las piezas más privadas del programa, los dos baños, recogen el contexto, a través del reflejo de los espejos y de las baldosas esmaltadas. Compitiendo con las vistas del salón, la cocina se suma al recurso de los baños, aprovechando el pulido del mármol.
Descripción del proyecto por Agora Arquitectura
Nos encontramos en el Baix Empordà. Encima de un pequeño acantilado, que domina un conjunto de campos repletos de girasoles. Frente al mar, acechado fuertemente por los vientos de la Tramontana. Detrás de un viejo muro de una casa, que custodia en ruinas su masía y territorio anexo.
El encargo requiere reconstruir la edificación encontrada persiguiendo la idea de un lugar donde pasar el fin de semana.
El proyecto se sitúa, al abrigo del único muro que aún resiste en pie el paso del tiempo.
Dos habitaciones, protegidas de las vistas ajenas, del sol caluroso de verano y del viento frío del invierno, se sitúan paralelas al muro.
Una con orientación Sur, se asoma en un extremo del muro. Otra con orientación Sur y Este, penetra en el centro del muro, a través de una pequeña ventana que permite conectar tiempos distintos en el horizonte. Salvado el muro, aparece el gran salón dominando las vistas.
De forma exenta y en la parte central de la casa, una caja negra, contiene todos los servicios domésticos. Dos baños de nuevo revelan el contexto, a través del reflejo de los espejos y de las baldosas esmaltadas. Compitiendo con las vistas del salón, la cocina se suma al recurso de los baños, aprovechando el pulido del mármol.
En realidad, todo se explica en un pequeño desplazamiento de 80cm que separa las trazas de la vieja edificación de la nueva. La sutil dislocación, evita descalzar la vieja construcción en la ejecución de la nueva. Permite estabilizarla dando espacio a un trasdós de piedra seca, que utiliza rocas sueltas provenientes de la excavación de la solera vista.
Pero sobre todo, fuerza a deambular constantemente entre unos límites que indeterminan la presencia de ambas realidades. En la misma dirección se posan sobre la base 11 pilares prefabricados de madera paralelos al muro existente. Una estructura vertical que a través de la transparencia y esbeltez se erige capaz de recomponer la ruina.
Contrapuesta a esta en la esquina contraria, un nuevo abrigo de madera, completa el cerramiento vertical y horizontal de la nueva casa. Esta vez se trata de una cáscara continua construida en CLT. En su horizontal pueden verse reutilizadas un conjunto de tejas viejas del entorno. En la vertical, la paleta de un albañil local, lanzando de nuevo mortero de arena gruesa. En una mimesis productiva con los elementos que en realidad construyen el lugar.