Este nuevo recorrido se inicia en el acceso al recinto de la primera fase del proyecto, recuperando el paso por la puerta original. La terraza de la cota más alta se recupera como mirador y este espacio se vincula a la capilla a través de unas escaleras de listones de madera. Además, para contener la tierra de la terraza superior, se reaprovecha el material surgido de la excavación y se genera un muro de hormigón ciclópeo, diferenciado por sus texturas del muro original.
Descripción del proyecto por Carles Enrich Studio
El proyecto parte de la segunda fase prevista en el Plan Director del Castillo de Jorba, redactado en el 2015, como continuación de la recuperación del acceso al recinto por la cara norte del Puig de la Guàrdia. El movimiento de tierras de la excavación arqueológica desveló estructuras enterradas que permitieron una mejor comprensión del conjunto del castillo y suscitaron el interés por continuar el proyecto.
Descubrimiento de la capilla
En 2019 se inicia la segunda fase con el objetivo de completar un recorrido por las diferentes etapas históricas del castillo, recuperando la terraza de la cota superior como punto de observación del territorio e iniciando las tareas de prospección del primer recinto amurallado. En el proceso de excavación se descubre la estructura de una pequeña capilla de 60 m2 del siglo XII formada por 3 muros de 4 metros de altura con una serie de elementos decorativos que datan del siglo XVI. Sobre ellos aparecen esgrafiados y biselados del siglo XVII muy bien conservados. Las distintas capas que sedimentan en estos muros son un reflejo de los múltiples usos que adquirió la capilla a lo largo de los años y se decide preservar este patrimonio para mejorar la comprensión de la historia del castillo.
El proyecto responde a este descubrimiento y plantea la cobertura de este espacio para evitar la entrada de agua y permitir los futuros trabajos arqueológicos. La cubierta se materializa con una estructura ligera de madera laminada que reconoce la traza histórica y un cerramiento de planchas de policarbonato para potenciar la iluminación natural. La difícil accesibilidad y la geometría irregular de los muros imposibilitan trabajar con elementos prefabricados y comportan la elección de un sistema constructivo ligero realizado in situ. La nueva estructura se adapta a la preexistencia y se sustenta puntualmente con varillas roscadas aprovechando la cimentación original, permitiendo así su reversibilidad.
Intervención paisajística
Aprovechando este hallazgo se replantea el proyecto proponiendo un recorrido paisajístico que recorre las dos primeras etapas históricas del castillo y finaliza en el interior de la capilla.
El recorrido empieza con el acceso al recinto, recuperando el paso por la puerta original. Se recupera la terraza superior rebajando el terreno hasta la cota del pavimento original convirtiendo el espacio en un mirador y punto de observación de los vestigios del camino ral que conectaba Barcelona con Lleida. El límite se define con un cambio en sección, reconstruyendo el muro de contención 90cm por debajo de la cota del pavimento original y reconociendo con una varilla a modo de barandilla la prolongación de su plano horizontal. Unas escaleras realizadas en 3 tramos con listones de madera de 90 cm de ancho sobre un acopio de las piedras sobrantes permiten la vinculación de este nivel con el acceso de la capilla, 4m por debajo, completando así el recorrido paisajístico.
El lugar como material
Se reaprovecha todo el material obtenido en la excavación arqueológica. Las piedras se utilizan para formar un muro de hormigón ciclópeo que permite la contención de tierra de la terraza superior y garantiza la estabilidad del conjunto. Se utiliza piedras de distintos tamaños, mortero de cal y arena en proporción variable para definir unas texturas que se diferencian del muro original, facilitando la lectura por contraste. La tierra obtenida en la excavación se utiliza de nuevo para generar una plataforma de acceso, así como el nuevo pavimento de la capilla. Las piedras sobrantes se acopian en el nivel superior y algunas se reinterpretan como bancos en el acceso a la capilla.
Para facilitar el seguimiento del recorrido, y como medida de limitación de la zona visitable, se añade una cuerda que conecta todos los espacios y que se ancla al terreno con unas varillas corrugadas.