Bóvedas sostenibles. Escuela de secundaria CEM Kamanar por daw office
18/05/2022.
[Thionck Essyl] Senegal
metalocus, ÁNGELA MARTÍNEZ
metalocus, ÁNGELA MARTÍNEZ
Descripción del proyecto por daw office
El CEM Kanamar es una escuela de secundaria para quinientos alumnos en la ciudad de Thionk Essyl, en el sur de Senegal. Es el primer proyecto que nace de la mano de Foundawtion, la fundación creada por el estudio para cubrir necesidades arquitectónicas en zonas económicamente desfavorecidas.
El programa de necesidades está condicionado por los principios de un diseño que garantice el confort climático y una construcción de bajo coste; que se consigue sacando el máximo partido a los materiales locales y al potencial de la comunidad local. El material más abundante de la región es la arcilla, es por ello que se convierte en el principal material de construcción del proyecto. La arcilla es un material que trabaja a compresión, con lo cual crear un espacio cubierto con este material planteaba un reto que se solucionó optando por la geometría de bóvedas en catenaria, formadas por bloques de arcilla comprimida que se fabrican en la propia obra.
Se entiende la escuela como un sistema adaptable en el tiempo; son módulos que se pueden ordenar dentro de una retícula, permitiendo así el crecimiento de la escuela construyendo nuevas Awlas en función de las necesidades.
Escuela secundaria CEM Kamanar por daw office. Fotografía por Claudia Mauriño
Los árboles dan valor al proyecto, y por lo tanto se convierten en elementos organizadores del mismo, acompañando a los patios/plazas de cada curso escolar.
La escuela dispone de un edificio común, donde se encuentran el aula de biología, la de informática, la biblioteca y la sala de profesores. A lo largo de la retícula se encuentran las diferentes Awlas, aisladas o dobles. En el mismo recinto de la escuela, hay un campo de voleibol y otro de fútbol.
El espacio que cubre esta cada una de las bóvedas o Awlas se cierra con dos celosías de madera que permiten la iluminación y la circulación de aire de norte a sur. Gracias a esta ventilación y a la porosidad de la arcilla se consigue el «efecto botijo» de modo que no hace falta recurrir a sistemas de climatización mecánicos. Las bóvedas estan cubiertas por una chapa grecada de forma que se evita la incidencia directa de la lluvia sobre la arcilla y se proporciona una cámara de aire a la sombra.