Es uno de los iconos más famosos de la modernidad de mediados del siglo XX, la terminal de la TWA, cuidadosamente restaurado durante los últimos seis años, está catalógado en el Registro Nacional de Lugares Históricos de EE.UU.
Una de las últimas veces que tuve la oportunidad de pasar por la terminal de la TWA fue en 1998 camino de LA, había perdido el vuelo después de estar esperando en una interminable cola y de haber llegado al aeropuerto desde Manhattan en el tranquilo Subway, recorriendo toda la ciudad de madrugada desde mi hotel en la 109. La azafata que me atendió, fue extremadamente amable (ahora las líneas Lowcost, entre sus recortes para abaratar también han reducido la amabilidad) y pude coger el siguiente vuelo para Los Ángeles. Después regresaría y volvería a pasar por ella, siempre mirando de reojo, pensando que aquella era un sitio especial, pero creyendo que era atemporal.
José Juan Barba
Hace unas semanas, Archtober patrocinador del Openhouse de Nueva York (OHNY) con cierta nostalgia nos daba la oportunidad de vistar la terminal, o Centro de Vuelos, y volver a ver en todo su esplendor este emblematico edificio. Algunos de los visitantes quisieron rendir homenaje a la historia de la glamorosa marca de aviación, Trans World Airlines (TWA), presentandose disfrazados con trajes inspirados en los uniforme de la TWA. El Centro de Vuelos, diseñado por el arquitecto finlandés-americano Eero Saarinen, pero terminado en 1962 después de su muerte, permanecio abierto al público durante cuatro décadas hasta que se consideró poco práctico, de conformidad con las medidas de seguridad que entrarón en vigor en el 2002. Fue declarado monumento histórico de la ciudad de Nueva York en 1994, y reconocida como Lugar Histórico del Registro Nacional dede EE.UU. en el año 2005.
Mientras que la nueva terminal JetBlue, T5 del aeropuerto JFK de Nueva York, diseñada por Gensler, rodea parcialmente la terminal de Saarinen y se situa al lado del Centro de Vuelo, el edificio principal original permanece vacío. La Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey había abierto un proyecto de desarrollo inmobiliario y promotores de hoteles en el año 2011, pero el contrato no llego a buen puerto y el futuro del proyecto sigue sin resolverse.
A principios de este año, contrariamente a la creencia de que el terminal en desuso podía tener los días contados, la Autoridad Portuaria ha anunciado planes para la restauración y ha retomado el proceso para solicitar de nuevo ofertas de promotores. Antes de revelar las perspectivas del proyecto, la Autoridad Portuaria ha dedicado una cifra estimada de 20 millones de dólares en diferentes reformas iniciales. Entre las adiciones posibles se pueden incluir torres de hotel, un restaurante y una sala de estar. Entre los posible interesado se encuentran la Organización Trump, Marriott y Yotel empresas relacionadas en desarrollar la última etapa del desarrollo de la terminal. El coste estimado anual actual por mantener la terminal vacía, entre seguridad y gastos operativos, se estima que es de 2 millones de dólares.
Architect.- Eero Saarinen, 1962; Restoration, Beyer Blinder Belle, Ongoing.