Es un EECN, Edificio de Energía Casi Nula, lo que significa que consumiría poca más energía de la que genera a través de fuentes de energía renovables. El desafío radica en el hecho de que los hospitales requieren una gran cantidad de energía. Para lograr esto, el equipo multidisciplinario de la firma estuvo involucrado en el proceso desde las primeras etapas de diseño.
El edificio cuenta con 150 consultas y 30 salas de examinación, 2 salas de operaciones con teatro y un auditorio con capacidad para 150 personas. Se organiza en grupos de especialidades, lo que mantiene los flujos de personas bien definidos.
Descripción del proyecto por IDOM
El hospital CUF Descobertas, propiedad del principal grupo privado de salud de Portugal, José de Mello Saúde, decide ampliar sus instalaciones con un nuevo edificio de uso exclusivamente ambulatorio.
Ubicado en el Parque de las Naciones en Lisboa, el edificio original, diseñado a finales de los años 90, había marcado en aquel entonces el inicio de una nueva era en el diseño hospitalario del país, introduciendo criterios muy innovadores tanto en la organización funcional, como, y sobre todo, en la promoción de una nueva imagen de confort y de humanización de los espacios hospitalarios para pacientes y personal.
El edificio de ampliación, inaugurado a finales del 2018, tenía que dar respuesta a una compleja trama de compromisos urbanísticos y programáticos pero, sobre todo, se pretendía que se convirtiera en un potente “dispositivo externo”, naciendo de la construcción original como una célula que se duplica, no para reproducirse, sino para autocompletarse. De este modo se pretende generar un “campus hospitalario”.
El carácter formal del nuevo Edificio 2 del Hospital CUF Descobertas debía garantizar, por un lado, que se identificara el edificio principal como un centro tecnológico y asistencial de referencia del país y, por otro, su reconocimiento como nueva apuesta arquitectónica contemporánea, mostrando de algún modo la singularidad de su uso exclusivamente ambulatorio.
El nuevo proyecto surge como un ala que se articula y extiende desde el hospital preexistente, para acoger y abrazar la actividad ambulatoria, abriendo a la ciudad una de las principales puertas de entrada del conjunto hospitalario. Con una volumetría simple y regular, impuesta por los requerimientos urbanísticos de la parcela, el nuevo edificio pretende expresar su identidad propia, compacta y sobria, mediante la generación de una relación directa entre el edificio y su finalidad y por un uso racional de los materiales, mientras busca un equilibrio formal entre pasado y presente. Al igual que el proyecto del edificio principal en su época, el diseño de este nuevo bloque presenta aspectos verdaderamente revolucionarios, marcando un cambio radical en el concepto de confort hospitalario, de sostenibilidad y de eficiencia energética en esta tipología de edificios.
Se trata de un edificio pensado multidisciplinarmente por arquitectos e ingenieros de IDOM para lograr la máxima calidad funcional, altos padrones de confort ambiental y, a su vez, un consumo propio de un nZEB (nearly Zero Energy Building), es decir, que supere por muy poco la energía que genera mediante energías renovables.
Frente a un reto tan complejo, y sabiéndose de antemano que un hospital es un importante consumidor de energía, había que ir más allá de las soluciones ya conocidas y testadas, implementando estrategias y soluciones nunca antes experimentadas en el diseño hospitalario.
Se ha diseñado una doble piel en la fachada compuesta por elementos metálicos triangulares cuyos ángulos corrigen la mala orientación solar de la parcela. Estos elementos verticales son microperforados según porcentajes variables de perforación, en función de la radiación solar y de la cantidad de luz natural necesaria para cada espacio.
La cantidad y distribución de estas piezas, así como el porcentaje de perforación de cada una, han sido determinados y calculados para cada punto específico de las diferentes fachadas, a partir de la utilización de avanzados modelos de simulación energética y luminotécnica.
Esta fachada, junto con la adopción de sistemas pasivos y semi pasivos de climatización aplicados por primera vez en hospitales en la Península Ibérica, ha contribuido definitivamente a la obtención de resultados muy positivos a nivel de confort y de eficiencia energética, sin descuidar la imagen arquitectónica que se pretendía atractiva y de referencia para el entorno edificado de la zona más moderna de la ciudad de Lisboa.
Además, se ha trabajado con la inercia térmica del edificio como parte integrante y fundamental del sistema de climatización. Para ello se ha potenciado y controlado la inercia térmica de la construcción, mediante la termo activación de las losas estructurales de hormigón (TABS), sistema que ha permitido la disminución radical de la importancia del aire acondicionado en el hospital, limitando prácticamente su papel a la necesaria renovación del aire.
Programáticamente el edificio cuenta con 150 despachos de consulta y 30 salas de exploración, 2 quirófanos para cirugía de ambulatorio y un área dedicada a la formación médica donde se incluye un auditorio para 150 personas.
Ocupando un total de 11.200 m2 construidos para el programa médico y 11.810 m2 para estacionamiento en sótano, el hospital se organiza por clústeres de especialización según un esquema de total flexibilidad funcional y constructiva, separándose los principales flujos hospitalarios.
Las superficies de las diversas especialidades se cuantifican de la siguiente forma:
Cardiología – 408 m²; Ortopedia – 982 m²; Radiología – 332 m²; Clínica de la Mujer – 1.052 m²; Especialidades varias – 453 m²; Pediatría – 735 m²; Especialidades Quirúrgicas – 453 m²; Estomatología – 385 m²; Inmunología – 495 m²; Otorrinolaringología – 424 m²; Neumología – 44 m²; Cirugía de Ambulatorio (quirófanos) – 357 m²; Oftalmología – 667 m²; Dermatología – 438 m²; Plástica reconstructiva – 34 m²; Formación – 1.089 m²; Cafetería – 226 m².