Estudio Flume comenzó realizando un estudio del proceso productivo que le permitiese comprender el proceso productivo que realizan las trabajadoras para poder realizar un proyecto donde los espacios y los flujos entre los diferentes programas que debían alojar estuviesen optimizados.
El centro se organiza bajo una gran cubierta ligera, proyectada sobre una parcela rectangular, ligeramente inclinada, donde una estructura de pilares y muros de ladrillo van organizando una serie de pequeños edificios y espacios abiertos o patios, una secuencia de lugares donde las más de 40 mujeres (madres y abuelas) que forman parte del grupo de recolectoras encuentran un lugar digno donde trabajar y reunirse con sus familias y vecinos.
Centro recolector de cocos por Estudio Flume. Fotografía de Maíra Acayaba.
Centro recolector de cocos por Estudio Flume. Fotografía de Maíra Acayaba.
Descripción del proyecto por Estudio Flume.
La formación de asociaciones organizadas en las comunidades rurales nos ha permitido comprender más profundamente la dinámica del procesamiento del babaçu. El proyecto representa una innovación en la vida cotidiana de la comunidad, ya que, a lo largo de su desarrollo, trabajamos junto a ellos en una serie de talleres de diseño colectivo. Al adoptar diversos enfoques para la búsqueda de soluciones, ya sea a través de imágenes, diálogos o especulaciones, organizamos la utilidad del espacio y las jerarquías dentro del conjunto construido. En este sentido, la arquitectura funciona como un medio para brindar libertad a la comunidad y flexibilidad al futuro del proyecto para adaptarse a las nuevas demandas.
Incluso con el enfoque en la actividad productiva, identificamos que cada oportunidad de proyecto debe ser necesariamente una oportunidad para reunirse y unirse. Teniendo en cuenta que la aldea tiene recursos escasos y no tiene instalaciones compartidas, el proyecto se organiza en torno a una serie de patios, tanto cubiertos como descubiertos, como espacios para reuniones comunitarias. Dado que el grupo de recolectoras de babaçu está formado por más de 40 mujeres, la mayoría madres y abuelas, los espacios de trabajo también se transforman en lugares de encuentro, movilización social y recreación para sus familias y vecinos.
El proyecto define sus características constructivas a partir de una reinterpretación de los materiales y técnicas de construcción locales. La región aún cuenta con muchas casas unifamiliares hechas de adobe. La aldea está ubicada a 35 km del centro urbano más cercano: la ciudad de Vitória do Mearim. Dependiendo de la temporada, el transporte solo se puede realizar en barco, ya que la aldea de Sumaúma, ubicada en la cuenca del río Mearim (UEMA/ NuGeo, 2009), se inunda con las aguas de los ríos Grajaú e Igarapé Ipixuna, que desembocan en el río Mearim, lo que hace imposible el transporte terrestre durante la temporada de lluvias.
Teniendo en cuenta las condiciones geográficas, el difícil acceso y el conocimiento de las técnicas y recursos locales, optamos por utilizar ladrillos de tierra comprimida. En esta reinterpretación de la vivienda de adobe, el mantenimiento de la estructura construida se minimiza en el tiempo. Esta estructura autoportante define los espacios de trabajo y de vida. Una segunda estructura independiente para sostener la cubierta se realizó con madera local, proveniente de recursos forestales autorizados por el IBAMA. Este sistema de doble cubierta ofrece mejores condiciones de confort térmico, asegurando áreas permanentemente sombreadas y ventiladas.
Al mismo tiempo, proporciona un sitio de construcción protegido donde se pueden llevar a cabo las diferentes etapas del proceso de construcción. Primero se construyeron los cimientos y luego se construyó la cubierta, creando un área protegida para la producción de ladrillos en el lugar. La cubierta incluye canaletas para la recolección de agua de lluvia y el proyecto incorpora sistemas de tratamiento de aguas residuales y aguas grises, a través de un tanque séptico biodigestor y un círculo de bananos, respectivamente. Todas estas técnicas fueron discutidas y difundidas dentro de la comunidad, incentivando su replicabilidad para lograr un impacto ambiental mayor que el propio proyecto.
