El periódico presenta la polémica noticia con las declaraciones de cinco mujeres relacionadas con el entorno de trabajo del ganador del Pritzker. Cuatro de ellas pertenecían al propio equipo de arquitectura del estudio; la última fue una mujer contratada provisionalmente para crear un diseño con motivo del 20 aniversario de la empresa.
La repercusión que tiene hoy día el movimiento de la mujer a nivel internacional está contribuyendo a que salgan a la luz casos de acoso a todos los niveles, que hace menos de una década era impensable que se pudiesen conocer. Al igual que ocurrión desde octubre con la industria del cine, el mundo de la arquitectura tampoco está exento de este tipo de abusos y en este caso, con fuertes connotaciones sexuales.
El propio arquitecto tras pedir disculpas a las personas afectadas, ha manifestado su abandono temporal de su puesto en el estudio:
Dejo la compañía en manos de un equipo de alta dirección dedicado y sobresaliente", agregó, "que ha pasado las últimas tres décadas sirviendo a nuestros clientes y fortaleciendo el éxito de nuestra empresa".
Algunas de las acusaciones incluyen insinuaciones sexuales, tras mostrar sus genitales a las mujeres que habían ido tanto a su despacho como a su propio apartamento a trabajar. Según narra The New York Times, una de las víctimas asegura que forcejeó con ella y consiguió llevarla hasta la cama, donde logró zafarse y salir del apartamento.
Las acusaciones no salieron antes a la luz, aunque algunos compañeros sí eran conscientes de la situación, debido a que estaban asustadas y como aseguran algunas, no querían perder sus trabajos en un estudio de ese renombre.